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Con la boca abierta | 26/10/2025

Los votos cambiaron de lado, ahora le toca a la justicia

Sonia Montaño Virreira
Sonia Montaño Virreira

Ganó el “menos pior”.  Luego de la sorpresa mantuve el optimismo porque veo evidencias de un cambio que no es revolucionario, ni completo, menos el paraíso; es la voluntad de quienes han ido a las urnas a depositar su voto para consolidar lo que ya venía ocurriendo: el deterioro profundo del MAS.

El MAS está en proceso de extinguir su presencia en las principales instituciones políticas y pronto veremos lo que ocurre en la burocracia; los intentos de apropiarse del voto nulo son un episodio que tiene valor estadístico, pero no político. Bolivia no tiene un sistema de partidos que permita apropiarse de los votos y es más probable que prime la lealtad al nuevo poder que la lealtad a un caudillo que, todo indica, debería estar en capilla.

Las amenazas de tomar las calles son reales, pero debemos recordar que ni los bloqueos del jefazo tuvieron éxito. Debo admitir en este punto que, en algún, momento creí que como país íbamos a transformarnos en otra   Nicaragua y que lo acontecido no me da la razón. No pudieron, aunque quisieron, y aunque establecieron todos los mecanismos de abuso imaginables, se mantuvieron resquicios de libertad valiosos.

Mi respeto a la mayoría de los y las periodistas que resistieron. La cooptación de los llamados movimientos sociales es una herencia que el nuevo gobierno deberá enfrentar con inteligencia y sin maletines.

Con todas las debilidades que se puedan señalar, nada puede ser peor que el masismo en el poder. A Paz le toca actuar, eso sí, en un contexto global adverso. Por un lado, Trump está empeñado en tener más control sobre América Latina. Sus acciones, cada vez más amenazantes contra México, Venezuela y Colombia, buscan enfrentar el liderazgo emergente de Brasil, lo que explicaría la velocidad con que Marco Rubio felicitó a Paz y varios países ofrecieron ayudar a Bolivia ante la dramática crisis que estamos heredando.

Y como siempre se usa la imagen del ama de casa inteligente, ¿alguien podría criticar esta alianza a sabiendas que es la única que dará de comer a sus hijos?

Por otro lado, desde el punto de vista de la política exterior, parece sensato abrirse al mundo a la vez que aprovechar el momento para cerrar las puertas a tres de las dictaduras más oprobiosas de la región. Así pues, una de cal y otra de arena.

Aún está por verse el nuevo gabinete, las primeras medidas y el comportamiento de sus socios y aliados. El Presidente electo anunció un gabinete pequeño, ojalá no incluya una primera dama.  El apoyo incondicional de Tuto, que dice que apoyará sin pedir nada a cambio, es dudoso. ¿El heredero del general convertido en sor Teresa? Es poco probable, pero por ahora le quita presión al nuevo Presidente, quien deberá tejer alianzas, ojalá a cambio de poco.

El nuevo gobierno, lo señalé varias veces, se inscribe en el contexto de una ofensiva conservadora mundial contra los derechos especialmente los de las mujeres. Su retórica, en la que la palabra Dios y familia es excesiva, sus críticas a la Ley 348 contra la violencia hacia las mujeres y sus guiños frecuentes a los grupos machistas, es una de las preocupaciones.

Ojalá la realidad los discipline y se convenzan que es en la justicia y son sus operadores las que promueven la impunidad y el abandono de las víctimas y sus huérfanos. 

La ausencia de un proyecto de desarrollo sostenible que ignora los temas ambientales, el uso de mercurio en la explotación del oro, son las ausencias más serias. Qué hará con la educación es otra interrogante. ¿Y la salud? donde todos los datos indican que las mujeres mueren innecesariamente a causa de partos y abortos prevenibles.

Son desafíos para la sociedad civil que deberá utilizar las luchas democráticas y pacíficas para modificar una agenda, comprensiblemente centrada en la macroeconomía.

El corporativismo sobre el cual se ha erigido el régimen es la herencia más pesada. La negociación con los cooperativistas mineros, los transportistas, los gremios empresariales; la cooptación de las organizaciones de mujeres y de muchas juntas vecinales requerirá mucho tiempo para ser desmontado, y solo se podrá cambiar si este gobierno termina su gestión y es objeto del control social.

Esto se dice fácil, pero es claro que para logralo habrá que construir confianza y transparencia. Alterar el sentido común, que en los últimos días se ha manifestado con la condescendencia ante lo exabruptos injustificados por un supuesto fraude.

No faltaron quienes pidieron comprensión por el trauma que había perdurado luego de 2019. No lo creo, las movilizaciones de pequeños grupos reclamando revisión de actas no son fruto de experiencias del pasado; son resultado de acciones conscientes de operadores políticos que no aceptaron la derrota.

Es en la esfera social donde necesitamos poner la atención para impedir el deterioro de una democracia que está renaciendo, haciendo valer el voto y contribuyendo a la reconstrucción de las instituciones. Es este capital el que debemos preservar poniendo luz sobre todos y cada uno de los actos que alejen al nuevo gobierno de la construcción, a largo plazo, de una sociedad democrática.

Cuando veamos señales claras de respeto a los derechos humanos, de sanción efectiva a la corrupción, la libertad para los pesos políticos y el retorno de los exiliados, ojalá se cuente con una Defensoría fuerte, se cree una comisión de la verdad para hacer justicia a las víctimas de las dictaduras y del masismo. Entonces sí habremos dado pasos para que, así como los votos cambiaron de lado, la vergüenza la sientan los responsables de 20 años de mal gobierno.

Sonia Montaño es feminista.



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