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Sociedad | 27/04/2021

Ya antes hubo campañas de limpieza de ríos y lagos, pero no tuvieron seguimiento y los problemas persistieron

Ya antes hubo campañas de limpieza de ríos y lagos, pero no tuvieron seguimiento y los problemas persistieron

Orillas de lago Titicaca contamina Foto/ANDINA

Brújula Digital |27|04|21|

Milton Condori

El jueves de la semana pasada, el gobierno, policías, militares, pobladores y activistas por el medio ambiente acudieron al llamado del ciudadano francés Alexis Dessard para limpiar las orillas del Lago Titicaca; las tareas fueron un éxito, como otras actividades promovidas por Dessard en Uyuni y otras localidades del país.

Sin embargo, ha habido campañas de limpieza en años anteriores, promovidas por diferentes entidades, pero no tuvieron el seguimiento oportuno y los problemas persistieron.

Por lo menos en 2010, 2015 y 2016 se generaron actividades similares a las que hoy se realizan, pero luego no fueron apoyadas por medidas que resuelvan los problemas de fondo En 2019, se iniciaron varias campañas en todo el país. Uno de los problemas principales es que parte de las aguas servidas de El Alto y otras localidades van a parar a los ríos que desembocan en las aguas del lago Titicaca y del río Desaguadero. 

Cambiar ese sistema de desagües requiere inversiones de varios cientos de millones de dólares. Tampoco existe sistemas de tratamiento de aguas servidas en la mayoría de las ciudades del país. Esas aguas se vierten a los ríos y lagos. Finalmente, las industrias y la minería no hacen tratamientos adecuados de sus desechos, que también se lanzan a los ríos. 

En 2010, la viceministra de Medio Ambiente, Cinthia Silva, afirmó que Bolivia había iniciado una campaña denominada “Titicaca, el más alto, el más limpio”; sin embargo, tras la positiva limpieza del lago, los problemas retornaron.

Así también, en 2015, ambientalistas recogieron cuatro toneladas de los ríos Seke y Seco que desembocan en la bahía de Cohana, en el lago. Además, se inició campañas de limpieza en las orillas del Titicaca y de sus afluentes y se anunció una estrategia por parte del gobierno que quedó sin seguimiento.

En 2016 las campañas siguieron, pero no hicieron el proceso necesario para iniciar con la empresa de limpiar el lago. Por ejemplo, en esa gestión, Perú y Bolivia acordaron seis meses para generar indicadores y acciones para “descontaminar” el lago.

Según una nota de Los Tiempos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó en 2016 un préstamo de 86 millones de dólares para realizar labores de limpieza del lago Titicaca y su afluente, el río Katari, sin embargo, el tema quedó en la nada. El río Katari lleva contaminantes de las ciudades de El Alto y otras hasta el lago.

En la gestión 2019, las campañas de recolección de residuos sólidos continuaron por parte de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), que recogió 25 toneladas de basura; y en esa gestión, se iniciaron campañas por toda Bolivia. Pero sin campañas de educación, el problema volvió. Tanto los habitantes de localidades cercanas a las carreteras como los pasajeros de buses y vehículos particulares siguen botando su basura al camino.

Las campañas de limpieza no sólo se idearon para el lago Titicaca, sino para varios lugares turísticos del país, por ejemplo el salar de Uyuni, Tarija, Rurrenabaque, entre otros, pero no se realizó el proceso de mantenimiento y monitoreo posterior.

Campañas sin seguimientos

Según el activista medioambiental Federico Chipana, el gobierno no coordina las acciones de limpieza que realizan los bolivianos y que las promesas de campaña se quedan en un “show mediático”.

“El gobierno no coordina acciones con la sociedad civil e instituciones, pero más ha sido un show mediático para entregar cosas que terminan con la visita del ministro, y no dicen nada sobre emprender la campaña de limpieza y eso se acaba ahí. Lo que se necesita es seguir el proceso”, dijo Chipana a Brújula Digital.

Agregó que las campañas de limpieza se realizan por parte de la sociedad civil, pero estas no reciben la cobertura de medios ni el apoyo de las alcaldías y que los mismos voluntarios corren con los gastos de transporte y alimentación.

“Nosotros no hemos recibido apoyo, ni ninguna financiación o acompañamiento. Nosotros pagamos la compra de yutes, guantes, barbijos, palas y otras cosas”, sostuvo el activista.

Además, como no se atienden los problemas estructurales, como mejores sistemas de desagüe de las alcantarillas o sistemas de tratamiento de aguas servidas.

Con relación a la información sobre el prestamos que aprobó el BID de 86 millones de dólares, Chipana aseguró que “cuando el gobierno media las cosas, no sabemos en qué termina, las autoridades actúan como un embudo de los proyectos de la cooperación internacional y esto lo administran ellos y sólo quedan en investigaciones”, dijo.

Por su parte, la senadora de Comunidad Ciudadana, Cecilia Requena, criticó al gobierno por su falta de cumplimiento en “las competencias con la sociedad”.

"El hecho de que Federico Chipana haga campañas desde la sociedad civil habla muy bien de él, pero más allá, habla mal de la pésima gestión estructural del Estado en todos sus niveles porque no existen sistemas estructurales que impidan que la basura y aguas servidas lleguen al Titicaca”, sostuvo Requena a Brújula Digital.

Añadió que el Estado no tiene que apoyar sino que debe encargarse del problema porque son sus competencias con la sociedad civil en su conjunto.

Respecto a una información del 2018, donde el Ministerio de Medio Ambiente y Agua informó que se estaba licitando la construcción de 10 plantas de tratamiento de aguas en la cuenca del río Katari –afluente que lleva contaminantes de las ciudades de El Alto, Viacha, Laja y Pucarani–, Requena dijo que existe una planta que en cada gestión se la reinaugura sin cumplir ni un propósito.

“Existe una planta ahí, ha sido reinaugurada varias veces, pero eso debió acabarse hace tiempo y se sigue reinaugurando y eso permite que las aguas servidas lleguen a la bahía de Cohana. Es un problema de coordinación, de apoyo, de transparencia y de corrupción”, afirmó la legisladora.

BD/MC



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