El pasado 17 de
enero se realizó un acto para presentar el Plan Nacional de Acción para tratar
el tema de la contaminación de ríos con mercurio entre mucho ruido que a la
fecha no levanta acciones concretas.
La problemática del lago Titicaca, del lago Poopó, de la cuenca del Desaguadero, del Pilcomayo y de los ríos en la cuenca Amazónica siempre han estado presentes en mis revisiones de noticias. Pero sucede que muchos en el país ignoran todos estos conflictos.
Hace algunos días, tomé contacto con Noe R., jóven cochabambino que se halla finalizando la carrera de física. Luego de dar una vuelta por algunas regiones del país, también quedó impactado por tantos desastres ambientales y el impacto que estos tienen en los pobladores. Lo comentó con un amigo en Bení y decidieron empezar un movimiento para dar a conocer a la población en general y eventualmente plantear posibles soluciones o alternativas.
Así nace Vigilantes del Agua Bolivia, un movimiento que busca sumar unidad entre otras iniciativas que trabajan en la promoción de la ciencia o temas ambientales y busca generar propuestas para preservar los ríos de Bolivia de la contaminación de la minería. Por ahora puede tomar contacto con ellos en su página en Facebook o Instagram.
La misión a la cual se comprometen es a primero sensibilizar e informar a la sociedad en general en vista que los mismos jóvenes, en general ignoran lo que sucede y lo mismo sucede con una gran parte de la población. El segundo paso sería sumar apoyo y alianzas con otras iniciativas, influencers y prensa para expandir la divulgación. Una tercera etapa consistiría en lograr contacto con el nivel político. Esta es la etapa más compleja puesto que muchas autoridades dan su atención momentáneamente y luego parece que al no ser parte de la agenda, olvidan la primera intención o compromisos establecidos.
Con mucha tristeza he contemplado como han surgido iniciativas en el pasado, algunas incluso han involucrado a otros países vecinos como Perú con la Autoridad del Lago Titicaca o proyectos con Argentina para el tema del Pilcomayo, que a la fecha no han podido tener el impacto que estas zonas requieren en cuanto a cambio de costumbres, prácticas (mineras principalmente) y sobre todo políticas claras y prácticas que realmente contrarresten el alto nivel de contaminación o destrozo que se lleva a cabo.
Algo en lo que coincido plenamente con Noe, es que cuando conoces más de Bolivia, te queda claro que hay mucho potencial y que muchas soluciones no son tan complejas como las pintan, siempre y cuando haya un trabajo coordinado y colaborativo. Pero entre la falta de voluntad, los cargos repartidos con prebendas y una agenda paralela que no busca recuperar o proteger el ambiente necesario para que todos puedan acceder a una vida digna, es complicado imaginar que se logren resultados a mediano o largo plazo.
Veo una esperanza en la voluntad de estos jóvenes y las de otras iniciativas. Quizás sus ganas de trabajar en red puedan despertar a muchos que ignoran sobre este tema y ojalá esto repercuta en las políticas y normativa necesarias para parar y revertir la contaminación con mercurio de los cuerpos de agua de nuestro país. Uno no puede dejar de ilusionarse y pensar que un movimiento así, pudiera tornar esas presentaciones de postal, en acciones reales y hechos para frenar tanta contaminación.
Cecilia González Paredes M.Sc.
Especialista en Agrobiotecnología