Venezuela: Nicolás no cae de Maduro

En torno a las recientes elecciones en Venezuela se ha generado en nuestro país una notable polarización entre analistas y políticos. Estas posturas se dividen principalmente en dos enfoques: Por un lado, los defensores del triunfo de Nicolás Maduro (funcionarios del Gobierno y sus aliados políticos), quienes argumentan que las elecciones se llevaron a cabo con transparencia y conforme la normativa legal; y, por otro lado, los críticos del proceso electoral (líderes de la oposición boliviana y analistas críticos), quienes sostienen que las elecciones estuvieron marcadas por irregularidades y distintas formas de fraude electoral. Ciertamente, más allá de estas posiciones maniqueas en torno a si hubo o no fraude, resulta más útil formular hipótesis prospectivas acerca del posible desenlace de la crisis venezolana. En esta perspectiva, a manera de conjetura, abordamos algunos parámetros que denotan que Maduro permanecerá en el gobierno y no se derrumbará aún.

Nicolás Maduro ha mostrado una notable resistencia a dimitir a pesar de las presiones y críticas tanto internas como externas. Aquí presentamos tres razones por las que es improbable que dimita después de las recientes elecciones cuestionadas en Venezuela: control político militar, represión y control de la oposición, y, debilidades en la oposición política y social.

Control político y militar: Maduro mantiene un control firme sobre las fuerzas armadas y las agencias de seguridad, esto contribuye a su resistencia a dimitir del poder. Cabe destacar la sólida lealtad de las Fuerzas Armadas con Maduro, esta institución ha desempeñado un papel central en el mantenimiento del poder a lo largo de su mandato, Maduro ha cultivado una relación cercana con los altos mandos militares, ofreciendo incentivos y cargos importantes a líderes militares.

Mantener la lealtad de las fuerzas armadas es crucial para Nicolás Maduro por varias razones fundamentales que tienen un impacto profundo en la estabilidad y la continuidad de su régimen:

a) Las fuerzas armadas juegan un rol esencial en la estructura de poder de cualquier régimen autoritario. En el caso de Maduro, la lealtad de las fuerzas armadas asegura el respaldo necesario para enfrentar y reprimir cualquier intento de insurrección o golpe de estado.

b) En regímenes autoritarios, la legitimidad del Gobierno a menudo se vincula con su capacidad para mantener el orden y la estabilidad. La lealtad de las fuerzas armadas contribuye a una percepción de estabilidad y orden, lo que a su vez refuerza la legitimidad del régimen tanto a nivel nacional como internacional. Un ejército leal ayuda a proyectar una imagen de control y seguridad, contrarrestando las críticas y presiones externas.

c) La lealtad militar es esencial para prevenir golpes de estado y otros intentos de usurpación del poder. En muchos regímenes autoritarios, los militares son una de las principales amenazas al poder establecido debido a su capacidad de movilización y fuerza. Mantener la lealtad de los líderes militares asegura que no haya facciones dentro del ejército que puedan desafiar o intentar reemplazar al gobierno.

Represión y control de la oposición: La fuerza militar no solo actúa como un pilar de apoyo, sino que también desempeña un rol en la represión de la oposición y en la protección de las instalaciones clave del gobierno. El control militar y policial, en Venezuela, ha sido crucial en la represión de la oposición política y social. La detención de líderes opositores, la restricción de medios de comunicación y la limitación de la libertad de expresión son herramientas utilizadas para suprimir cualquier forma de disidencia. Esta represión no solo minimiza la capacidad de los opositores para desafiar al régimen, sino que también actúa como un disuasivo para posibles rebeliones dentro del propio aparato de gobierno. Este recurso lo aplico en el pasado y lo aplicará en el presente. Esta es una forma de garantizar su permanencia en el gobierno.

Debilidades en la oposición política y social: Las movilizaciones de hoy, como las lideradas por figuras como Capriles y Guaidó en el pasado, aunque inicialmente prometedoras, no lograron llevar a cambios significativos en el poder. Si las actuales movilizaciones carecen de resultados tangibles, la posible consecuencia es un natural desgaste y desconfianza entre los seguidores de la oposición. La repetida incapacidad de lograr un cambio significativo puede afectar la moral y la disposición de la población a participar en nuevas movilizaciones.

A manera de resumen, cabe destacar que la lealtad de las Fuerzas Armadas es esencial para Nicolás Maduro porque le brinda el apoyo necesario para mantener el control sobre el país, reprimir la oposición, proteger el territorio y asegurar la continuidad del régimen. Sin este apoyo militar, el régimen de Maduro enfrentaría desafíos mucho mayores para conservar el poder y manejar las crisis políticas y sociales que enfrenta Venezuela. Junto a estos elementos, debe mencionarse la debilidad de la oposición para soportar demasiado tiempo una represión sostenida. Así, a pesar de la “multi” crisis que vive Venezuela, puede advertirse que: Nicolás no cae de Maduro.

Eduardo Leaño es sociólogo.