Se habla mucho de las potencialidades y también de los obstáculos del sector turismo en el país; sin embargo, se lo conoce muy poco. Por ello es importante adentrarnos en este sector.
Según información publicada por el IBCE, el año 2023 Bolivia recibió más de un millón de turistas extranjeros. Su récord histórico se registró el 2019 con 1,2 millones de visitantes, siendo Santa Cruz, La Paz y Sucre los principales destinos de los turistas extranjeros. De tal forma los visitantes extranjeros que ingresaron al país fueron principalmente de nacionalidad argentina, peruana y brasileña.
El año 2023 ingresaron por concepto de turismo 687,9 millones de dólares y el año 2024 los ingresos fueron aproximadamente 736,6 millones de dólares. El dinero que ingresó se debió por que los visitantes temporales consumieron alimentos, bebidas, alojamiento y transporte interno. Solo en alimentos y bebidas los turistas gastaron el 27% de su presupuesto, en alojamiento el 17% en transporte interno el 16%. También consumieron artesanías, vestimenta y gastaron en esparcimiento.
Esos 736,6 millones de dólares que ingresaron pagaron directamente al que proporcionaba el servicio. Es decir que no se necesitó de leyes u otras formas de intervención estatal para redistribuir el dinero que llega. Es más, el Estado también se beneficia porque se generan impuestos.
Aproximadamente, y haciendo un cálculo general, entre el 70 y 80% de los trabajadores ocupados por el turismo son informales. Un poco menos al promedio nacional, pues según la Organización Internacional del Trabajo, al tercer trimestre de 2023, el 80,8% de los trabajadores bolivianos se encuentran en la informalidad. Se destaca la situación de la mujer dado que el 83% son de sexo femenino.
Se ha constatado que en América Latina uno de los sectores que más ocupa trabajadores informales es el turismo y esto ha obligado que muchos gobiernos implementen programas de dignificación del empleo en este sector y propiciar condiciones de igualdad entre hombres y mujeres para lograr un desarrollo de las personas y de su núcleo familiar.
Hasta ahora en el país el turismo se desarrolla por esfuerzos propios de los agentes privados, la intervención estatal es relativamente pequeña. Al parecer, subrayo la palabra al parecer, no existe una política de promoción para que lleguen cada vez más turistas. Además de esa falencia encontramos que la política y la acción directa de las organizaciones sociales (marchas, bloqueos, etc.), atentan con el desarrollo turístico.
Helen Canqui, gerente de la Cámara Hotelera de La Paz, señalaba las siguientes cifras apoyada en los datos que proporciona el SISPAR (Sistema de registro de partes diarios de la Cámara Hotelera de La Paz), los meses de junio y octubre de 2024 son los más bajos que hemos tenido en el año, debido justamente a los conflictos sociales lo que denota que el turismo es muy susceptible en cuanto a alguna alerta de conflictos en nuestro país, por lo que el turista simplemente decide ya no llegar a nuestra ciudad.
También Canqui afirma que el sector turismo sostenible y regenerativo es una buena alternativa para desarrollar una nueva política económica social y medio ambiental como motor de nuestra económica, el desarrollo local y la preservación de nuestra biodiversidad y patrimonio cultural dejando a un lado el extractivismo.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en noviembre de 2024, México registró ingresos por turismo de más de 2.754 millones de dólares. El año 2023, los ingresos por turismo en Perú fueron de 3.500 millones de dólares. Según Canqui, si se toman medidas adecuadas, el año 2030 se podrían recibir 3.000 millones de dólares.
Por ello creo que estamos dejando pasar la oportunidad. Ya se conoce lo que provocó una política equivocada, ya no llegan los turistas israelitas al país.