Nunca, desde la recuperación de la democracia, el 10 de octubre de 1982, se había presentado una oportunidad como la que tenemos en este momento para superar las dificultades a través de un acuerdo político.
Resulta evidente que las fuerzas que ustedes lideran no tienen divergencias ideológicas y el MAS, como antagónico, no será quien plantee el empantanamiento parlamentario con sus tres diputados, viniendo de mal gobernar con 70, que el 7 de noviembre ingresan en vacación colectiva por cinco años.
La propuesta que ustedes hicieron era lograr un modelo de gestión distinto al ejecutado por el MAS, y el pueblo ha decidido que así sea.
Rodrigo y Tuto, como candidatos que ingresan al balotaje, si suman la tercera fuerza en importancia electoral, superarán los 2/3 de la Asamblea Legislativa con la que pueden enfrentar todos los retos. Entre los tres no tienen diferencias ideológicas radicales. Provienen del denominado centro democrático (social democracia, nacionalismo revolucionario, liberalismo democrático) construido en la Guerra del Chaco, la Revolución Nacional y la recuperación democrática desde 1982, habiendo sido integrantes del Acuerdo Patriótico.
Rodrigo sos un político crecido en la socialdemocracia, formado en la academia y el servicio público. Tuto sos un político conservador con experiencia en gestión pública y relaciones internacionales, y has sido impulsor e integrante de los acuerdos frentistas. Sumándote Samuel, con tu participación e intervención directa en la gestión pública, la economía y la multiplicación de emprendimientos.
¿Se podría suponer que alguno de ustedes se opondría a un acuerdo para superar la crisis en favor de la gente? La respuesta desde la ciudadanía democrática es, NO, con mayúsculas.
Para comprender mejor lo que está ocurriendo debemos tener presente el cansancio de un sistema de partidos, un agotamiento que alcanzó también al poderoso bloque del poder masista que, obviamente, ha fracasado rotundamente para este periodo constitucional.
Se hace necesario, entonces, buscar respuestas innovadoras que respondan a la disponibilidad social que ha sorprendido y confundido, inclusive, a todas las empresas encuestadoras.
El nuevo escenario incorpora otra variable positiva por la existencia de fuerzas democráticas que estarán en el Parlamento y que además de concertar, por inteligencia y obligación, tendrán que recuperar la dignidad de un poder del Estado que cayó a niveles francamente asquerosos por su sometimiento.
El debate social debe trasladarse a las comisiones y comités, igual que las iniciativas y rendiciones de cuentas, escuchando a todos los actores en un espacio que fortalezca la democracia como instrumento de cohesión social. Les recordamos que desde el punto de vista práctico la coordinación entre el Ejecutivo y el Legislativo es fundamental porque deberán resolver, con urgencia, la carencia de combustible y divisas. Igual que la generación de empleo y, en el campo público, la transparencia y ahorro en el gasto para controlar la inflación y devolver la confianza.
Como ninguno de los tres podrá por sí solo y por sus propias fuerzas resolver los problemas, aunque lo pretendiera. Desde la sociedad civil hemos encontrado que sus propuestas electorales comparten más de 30 temas en favor de la gente, que expresan con palabras similares y, sin diferencias de fondo, la posibilidad de ser aplicadas sin contradicciones.
Los temas recorren el espectro de necesidades que deben ser enfrentadas para dejar de mentirnos, superando los falsos debates entre campo y ciudad, entre k´aras contra indios.
¿Sería muy difícil crear comisiones que realicen un relevamiento de las materias que ya están identificadas para ejecutarlas con la gente y que el enemigo definitivamente sea la pobreza, la mentira, la corrupción y el narcotráfico? Si existiesen diferencias en matices y tiempos, para eso estarán los mejores servidores públicos que ustedes designarán, para buscar acuerdos, con racionalidad y sentido común.
En materia de reactivación productiva no es diferente. Revisados los programas, se evidencia la existencia de propuestas complementarias y concurrentes, que recogen los requerimientos de los actores en todos sus modos de organización y producción.
Analizando los discursos, las propuestas electorales y las demandas de la gente, ustedes han dejado en evidencia que en Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y La Paz existen condiciones para que el sistema político concerten soluciones más rápidas con los sectores productivos vinculados al bosque, la producción y a la tierra, y ello pueda significar un sosiego para dinamizar la economía nacional.
Paralelamente habrá que trabajar a marchas forzadas, en donde corresponda, el turismo sostenible, la quinua, el vino, el cacao, el orégano, el café, la castaña, el asaí, que tendrán que desarrollarse a partir de las iniciativas debatidas y aprobadas en las asambleas departamentales y concejos municipales, de un Estado que debe ser autonómico de verdad.
Donde existirán temas de mayor complejidad será en el campo financiero y económico, pues se necesitará un tratamiento diferenciado, por corresponderá a decisiones relacionadas con el Estado, estando de por medio la fe pública interna, las relaciones internacionales y la paz social. Evidentemente el tratamiento de esos temas deberá responder a una estrategia de capacidades y discreción, antes de ser propuestos como políticas públicas unos, o como decisiones de emergencia, otros.
En estas palabras no existe ingenuidad pues si era cierto lo que ustedes dijeron sobre que la situación de la sociedad, la patria y el Estado estaban en crisis terminal; ahora nosotros, habiendo cumplido nuestra parte en paz y madurez, podemos exigirles que los acuerdos, después de la segunda vuelta, superen las evidentes diferencias personales, la ch’ampa guerra, los desencuentros desabridos, amalaya, en favor de los más desprotegidos. Como lo hizo, en otra guerra, José Miguel de Velasco en favor de José Ballivián.
A tiempo de compartir que este artículo cuenta con el apoyo del equipo del CEPAD y reconoce el trabajo de Acción Social, Tarija Dialoga, Erwin Aguilera Antúnez y de muchos ciudadanos anónimos, dispersos en el territorio y preocupados como ustedes por el futuro, les recuerdo la disponibilidad que existe en el conjunto de la sociedad para aprovechar esta sorpresa electoral que puede abrir un nuevo ciclo. “Para que lo viejo Dios lo tenga donde no estorbe”, como repite sonriente Pedro Ribero Mercado.
Carlos Hugo Molina es investigador social.