Este último miércoles se conoció mediante los medios de comunicación que el presidente del Senado para la gestión 2024-2025 será, otra vez, Andrónico Rodríguez, legislador de la sigla del Movimiento al Socialismo; tras ello se emitieron un montón de calificativos en cuanto a las posiciones de los partidos de oposición, Comunidad Ciudadana y Creemos; no sonaron tanto aunque deberían, los muy probables contubernios del ala arcista y evista del MAS, porque casualmente se hizo un cuarto intermedio de los bloqueos que asediaron al país, principalmente a Cochabamba durante 24 días; por tanto existe la posibilidad de que no tener bloqueado el país sea el resultado de tener a Andrónico Rodríguez como presidente de la cámara alta; en términos generales, por los bloqueos perdemos todos; en términos políticos, aparenta Evo haber perdido por desbloquear, aunque puede haber ganado por tener a uno de sus pupilos en tan alto cargo.
El puesto de la tercera autoridad del Estado es de gran importancia, existe más de un antecedente en cuanto a la necesidad de sucesiones constitucionales donde se ha evidenciado cuán pesado es ese puesto; por otro lado existe un reglamento del Órgano Legislativo, modificado en octubre del año 2020, para que el oficialismo mantenga hegemonía sobre la Asamblea; es decir todo está confabulado para que en cualquier situación prevalezca el poder y la influencia del partido azul, que además tiene coludidos a los órganos Judicial y Electoral.
Lo más simple y de alcance inmediato, que está determinado por voluntades políticas, es el hecho de que se conozca la votación de cada legislador, se tienen las herramientas. En abril del 2023, las legisladoras Samantha Nogales y Cecilia Requena, ambas de Comunidad Ciudadana, declararon sobre las solicitudes que se hicieron en ambas cámaras para el uso de las tablets para la votación y publicación de resultados en grandes pantallas, es decir, usar el sistema de votación electrónica que le costó a Bolivia más de tres millones de bolivianos; todos podríamos saber quiénes votaron y cómo lo hicieron; al tener el manejo directivo de las cámaras, el Movimiento al Socialismo no dio (ni da) lugar a estos pedidos. Hubiera sido lo más útil en términos de democracia y transparencia. En esta ocasión, las senadoras Requena y Andrea Barrientos también demandaron que el voto sea nominal. Tanto las alas masistas como Creemos se opusieron.
Es claro que tener el poder es lo único que le importa al MAS, sus dos alas tienen todo armado, lo han hecho durante 19 años y ese poder por el que pelean no es el pueblo, porque lo han tenido 24 días bloqueado; porque muchos bolivianos han sido amenazados, principalmente en el área rural, por no obedecer instrucciones de dirigentes evistas; porque nos tienen aislados debido a las restricciones bancarias y la falta de dólares; porque las filas son larguísimas en busca de combustible. Es tal la sinvergüenzura y descaro que existen legisladores que socapan o no dicen nada categórico a favor del pueblo en cuanto a las acusaciones de delitos como el estupro, el uso de armas por civiles y muchos otros hechos que perjudican a todos.
No perdamos el horizonte, el 2020 se perdió la oportunidad de que el gobierno no fuera del MAS porque algunos decían que Jeanine Añez era la indicada y otros se dejaron llevar por liderazgos regionales, como el de Fernando Camacho. Hoy ambos son presos políticos. Ahora debemos aprender de los errores y tener claridad sin perder la memoria; en concreto: que no nos divida el MAS, que nos una la democracia y la libertad.
Cecilia Vargas es médica y docente universitaria.
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