Necesidad de un desarrollo institucional endógeno

Ya hemos mencionado que, como lo demuestran los premios Nobel Daron Acemoglu y James Robinson en “Por qué fracasan las naciones” (2012), la clave para el desarrollo son las instituciones inclusivas –“reglas del juego y mecanismos de cumplimiento” para la convivencia social, incluida, por supuesto la económica– que favorezcan a la mayoría. Lo contrario de las extractivas, que sólo favorecen a minorías.

También hemos analizado que, en el occidente de lo que hoy es Bolivia, la corona castellana adoptó las instituciones extractivas que existían antes de su invasión –principalmente la mita– pero más adelante contribuyó a que sus súbditos “indios” desarrollaran instituciones inclusivas: las que regían el funcionamiento de sus comunidades.

También hemos visto que, en cambio, en la instauración de la República fueron adoptadas formalmente instituciones inclusivas europeas, correspondientes a realidades completamente diferentes a las de la naciente Bolivia. A veces eran imposibles de cumplir –como lo referido a la minería, que tuvieron que derogar– y, en los demás casos, ante la dificultad de su cumplimiento, como mecanismo de evasión, se fortaleció otra institución castellana extractivista: la prebenda, que aún subsiste, y poderosamente.

Con la República el mundo de los originarios se siguió manteniendo separado del de los criollos y mestizos, no se reconoció a las instituciones inclusivas de la comunidad, pero se siguió manteniendo dos instituciones extractivas fundamentales que vinculaban ambos mundos: la contribución indigenal y el trabajo servil. La primera constituyó el principal ingreso del Estado hasta el siglo XX y el segundo se expandió hasta mediados del mismo, cuando fue suprimido por la Revolución Nacional de 1952.

Pero en cambio se ignoró –y se continúa ignorando– a las instituciones inclusivas de la comunidad campesina, que aún pueden servir de base para la construcción de un Estado inclusivo y fuerte como dije en mi artículo “Basta de dependencia, tomémonos a cargo”) indispensable para lograr el desarrollo económico que hasta ahora estamos muy lejos de conseguir.

https://brujuladigital.net/opinion/basta-de-dependencia-tomemonos-a-cargo

Se esperaba que lo fueran al incluir a la población rural en el municipio, en 1994, pero, en vez de ello, años más adelante el MAS hizo elaborar una nueva Constitución –con asistencia de extranjeros– que no ha evitado sino estimulado que la manera más fácil y rápida de acceder a beneficios que privilegian a una minoría –y tener oportunidades de enriquecerse fácilmente– sea compartir el poder político.

Para poder superar el atraso es indispensable integrarnos nacionalmente con reglas comunes para todos. Somos interculturales, como la mayoría de los países, pero debemos lograr una cultura institucional común. ¿Cómo? Según lo demuestra Douglass North (1990), el fundador del neoinstitucionalismo, las reglas del juego y los mecanismos para hacerlas cumplir efectivamente no se copian sino evolucionan a partir de lo existente.

En Bolivia, el 80,6% de la población urbana económicamente activa y el 92,1% de la rural (datos para 2023 de Jimmy Osorio) produce y comercia bajo instituciones informales, la mayoría extractivas, donde no se cumple casi para nada la también importada Ley General del Trabajo.

Entonces, así como las instituciones de la comunidad deberían ser la base para la provisión de bienes públicos, nos falta conocer con precisión las instituciones que regulan informalmente la mayor parte de la provisión de bienes privados para, a partir de ese conocimiento, regular formalmente esos mercados bajo el principio del derecho romano: “fortalecer lo favorable y restringir lo perjudicial”, tender a que derechos y obligaciones sean iguales para todos y reducir la informalidad. Se deben hacer cumplir las nuevas normas formales con un Estado fuerte estrictamente meritocrático y con sanciones efectivas a la corrupción, en todos sus niveles. Hacer respetar efectivamente la propiedad privada, sí, pero también la pública, como los bosques y los ríos.

Iván Finot es magister en economía, especializado en descentralización y desarrollo.