Necesario cambio de guardia

Las movilizaciones de estos días tienen como sujeto social fundamental a los camioneros, gremiales, vecinos, jóvenes y mujeres. No están presentes los sindicatos tradicionales de trabajadores liderados por la Central Obrera Boliviana (COB), que prefirió ser leal al Gobierno en vez al pueblo boliviano, al que que históricamente representó.

Las movilizaciones populares de los últimos años nos muestran una tendencia a dejar a los viejos actores sociales y políticos y, al mismo tiempo, apoyar el surgimiento de otros que responden a las nuevas formas de organización de las personas, al respeto del medio ambiente y sobre todo a las expectativas de las mujeres y la juventud. También la sociedad comenzó a alejarse de los actores sociales que representan el pasado y se acercó a los que muestran sensibilidad con las nuevas demandas.

En las futuras elecciones no sólo se confrontaron el MAS contra uno o varios candidatos de oposición, sino que se enfrentaran las políticas de nacionalización contra seguridad jurídica, centralismo estatal contra autonomías regionales, autorización de chaqueos vs respeto al medio ambiente.

En el pasado era indiscutible que el actor principal era la COB, a la cual trabajadores asalariados o no, recurrían en búsqueda de justicia y defensa de sus derechos sociales y políticos. También la buscaban los políticos para coordinar acciones o recibir su consejo. Mientras que los comités cívicos no eran relevantes, sólo el de Santa Cruz escapa a esa afirmación. Los otros o no existían o eran insignificantes.

Hace más de veinte años se buscaba a la COB por su prestigio histórico. Sin embargo, en los últimos años esa reputación y respeto desapareció. Ahora en los 9 departamentos las nuevas organizaciones buscan a los “cívicos” para que los representen. Esto es así debido a que los comités cívicos son los aglutinadores de las peticiones locales y estos coordinándose entre sí, enarbolan las demandas nacionales. Este, al parecer, es el germen del nuevo sujeto social histórico.

La COB representa al segmento de la población asalariada que no sobrepasa de 18% de la población laboral activa con protección social y de la Ley General del Trabajo (LGT). El restante 82% tiene un magro ingreso y sin beneficios sociales, ni vacaciones, ni jubilación y mucho menos atención de salud. Es por esa razón que el tema de la justicia, la atención en salud y educación son temas importantes en la coyuntura. En el pasado esta organización era solidaria con aquellos sectores sociales que no estaban afiliados y procuraba representarlos. Ahora, ante la poca atención que les dio el gobierno a los temas de salud, educación y justicia, no se pronunció. Solo pidió, por simplificar, aumento salarial.

A pesar que los jóvenes están mucho más capacitados que los nacidos a mediados del siglo pasado ven nubarrones negros en su futuro. No tienen empleo digno, ven la amenaza del cambio climático e intuyen que al actual presidente, en coordinación con la COB, no les interesa atender sus demandas como el respeto al medio ambiente.

Por ello a los jóvenes ya no les interesa la COB porque esta representa el pasado no sólo en la política (para ser líder de la COB se tiene que ser trabajador del sector más contaminante que existe, el minero), sino porque estos se oponen al cambio de matriz productiva, además pretenden mantener a la minería, a pesar de ser la que más contamina, como el sector fundamental de nuestra economía.

Quizá por ello esta juventud es la que se está manifestando con mayor radicalidad por la defensa y respeto de las personas, que les reconozcan su capacitación, que los traten como profesionales y que respeten sus derechos políticos y se atiendan sus demandas en torno al medio ambiente.

Creo que los sindicatos, tal cual están ahora, se están alejando de la gente pobre, desprotegida. Muchos de los políticos también están reivindicando las ideas del pasado. Miremos al frente.