Más de lo mismo y Navidad

No me resulta fácil escribir esta columna, la última que se publicará en Brújula Digital en este 2024 en el que, una vez más, se confirma aquello que habría dicho el expresidente Víctor Paz Estenssoro: “en Bolivia pasa todo y no pasa nada”.

Partamos del hecho más difícil de explicar: cómo sigue gobernando el presidente Luis Arce. Tratando de hacer memoria, con solo la cuarta parte de las cosas que le han sucedido en este año, en tiempos normales ya hubiera sido sustituido. Veamos:

Tiene acorralado y vociferando con una creciente insania a su predecesor y mentor en el Chapare; hay un permanente desabastecimiento de carburantes; enfrentó un golpe de Estado organizado nada menos que por su comandante general del Ejército, que fue desarticulado y derrotado a carajazo limpio por el ministro de Gobierno; organizó un censo de población cuyos resultados preliminares, más allá de denuncias en sentido de que se hubiera omitido a un millón de personas (que parecen responder más a mentes afiebradas que a la verdad), se están aplicando, así sea en forma lenta como todo lo que hace la administración estatal; el dólar sube en el mercado paralelo como no lo había hecho desde 1986; las carreteras de todo el país son constantemente bloqueadas; no sesiona con normalidad la Cámara de Diputados; los magistrados autoprorrogados golpean cotidianamente a la Constitución Política del Estado en beneficio propio y del Ejecutivo y en las elecciones judiciales son derrotados ampliamente sus candidatos… y así se pueden seguir mencionando hechos que en “tiempos normales” debería corroer la estabilidad gubernamental.

Para peor, el gobierno responde a ello utilizando fundamentalmente la mentira. Por las reacciones de la gente, parecería que si no son creídas son, por lo menos, aceptadas.

Para “más peor”, lo que hacen los dirigentes varones y mayores de las oposiciones no está muy distante de lo que pasa con el gobierno en su desconocimiento de la realidad y el pulso político. El espectáculo grotesco que nos han dado la semana pasada montándose sobre una propuesta legítima como es la de unir fuerzas para derrotar al proyecto masista en las elecciones del próximo año. Veamos esta obra en cuatro actos:

Un nuevo rico nativo decidió intervenir en la política difundiendo una encuesta que no gusta a nadie, en general, y ofreciendo apoyo al candidato que consiga un apoyo generalizado de la oposición.

Luego, comienza a circular desde hace un par de semanas que Carlos Mesa, Samuel Doria Media, Luis Fernando Camacho y Jorge Tuto Quiroga suscribirían un acuerdo expresando su voluntad (así sea solo de “ellitos” cuatro) de apoyar a quien “uno” de ellos sea el mejor ubicado) como candidato a la Presidencia y a su gestión ante una probable victoria si ese “uno” tuviera mayor apoyo ciudadano.

Se esperaba, pues, el evento anunciado. Pero un día antes, Tuto Quiroga, cual niño travieso y avivado, organizó otro para lanzar, con bombos y sonajas, su propia candidatura a la Presidencia. No sólo eso, sino que lo hizo anunciando que tiene el respaldo de una sigla que le “sonsaca” a Mesa.

Como es obvio, el desconcierto fue total, incluidos los otros tres que, al parecer, no entendían qué era lo que pasaba, sensación que se mantuvo al día siguiente cuando, disqué abuenados, suscribieron el documento de intenciones de unidad y salió la foto de cuatro varones mayores, elegantes y blancoides, como documento que avalaba el encuentro.

El último acto de esta comedia lo copa, desde Cochabamba, otro candidato “opositor”, Manfred Reyes Villa, que anunció que no hará pacto alguno con los cuatro porque solo representan al pasado (como si él no hubiera sido parte importante de ese pasado y no tuviera similares características fotogénicas).

Y la gente, como con el gobierno, parecería que les cree.

Pero, dejemos este panorama de incertidumbre y concentrémonos en que el miércoles, en la mayor parte del mundo, rememoraremos, creyentes o no, el nacimiento de Jesús que nos ha traído la esperanza, que siempre hay que renovarla, en que podremos construir un mundo mejor…