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Pluri Multi | 05/08/2024

Lo boliviano, ese algo común que compartimos

Carlos Toranzo Roca
Carlos Toranzo Roca

En este agosto de 2024 es bueno recordar que una discusión que ha sido parte de la polémica social y política en Bolivia durante los últimos 30 o 40 años, especialmente desde la visibilización de las corrientes culturales del katarismo, se refiere a la necesidad de buscar o definir la identidad del boliviano.

Esta reflexión se esforzaba y aún se esfuerza por determinar qué define lo boliviano, qué nos une a quienes vivimos en este país, en esta nación, en esta República. Hasta ahora, las decenas de respuestas no han sido convincentes para quienes participan en la discusión. Quizás la falta de conformidad con las respuestas tenga que ver con el intento de definir la identidad del boliviano como algo singular, un dato único, cuando en realidad deberíamos hablar en plural sobre las identidades complejas y entrelazadas que caracterizan a los diversos grupos poblacionales. Es difícil hablar en singular de la identidad del boliviano cuando el proceso de construcción del Estado nacional ha sido inconcluso y aún no hemos desarrollado un nosotros común que nos permita compartir una visión de futuro entre todos los bolivianos.

Ya sabemos que Bolivia es un país diverso en términos regionales, étnicos, sociales y culturales, al igual que lo son sus religiones y costumbres. Sin embargo, debemos tener cuidado de no creer que Bolivia es única en tener estas características. Casi todas las repúblicas y naciones son diversas, probablemente mucho más que la nuestra. China e India lo son, o simplemente, en términos de diversidad social, Bolivia no es comparable con las poblaciones de Nueva York o Londres. Pensarnos como el gran ejemplo de la diversidad social, política y cultural sería una visión provinciana de nosotros mismos. Somos diversos, pero no el caso más emblemático ni el más complejo de mezclas culturales y sociales.

Pero, ¿sería suficiente referirnos a las identidades en plural para zanjar la discusión sobre la identidad del boliviano? Después de cinco siglos de mezcla entre colonizadores, criollos, mestizos, indígenas, campesinos, afrodescendientes, y migrantes europeos, ¿no habrán surgido algunas costumbres, valores y aspiraciones comunes entre quienes habitamos este país? ¿No habrá generado la construcción de dos siglos de República algunos lazos y comunidades entre nosotros? Es maximalista pensar en un nosotros común exclusivamente homogéneo cuando las sociedades se definen también por sus heterogeneidades.

Por todo lo anterior, tal vez sea un punto de partida importante en Bolivia aceptar que no existe un nosotros común compartido por todos los bolivianos. Sin embargo, también es certero postular que aún no hemos construido plenamente ese nosotros común, aunque hay avances en ese camino. No se trata de emitir juicios de valor, sino de describir que buena parte de la población, o la mayoría, se identifica como boliviana, aunque simultáneamente pueda sentir otras identidades.

Estos son los lazos de comunidad que se han forjado a lo largo de la historia. Estos fenómenos no son triviales; no son cuestiones menores que la mayoría de los bolivianos canten el himno nacional o respeten la bandera tricolor, incluso en la más remota escuela rural, aunque quizás no suceda en comunidades campesinas o ayllus más aislados que no han tenido acceso a la educación. No juzguemos estas descripciones, sino que simplemente reconozcamos la capacidad de narrar estos hechos prácticos. Ignorar estas realidades sería no entender nuestro país. Esta construcción de la realidad puede ser vista como una construcción de los poderosos, pero es un hecho práctico y tangible, no un concepto abstracto, y está ante nuestros ojos, imposible de negar.




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