Solo
para este año 2021 rige una nueva adenda (LA QUINTA) del contrato de exportación
de gas a la Argentina, en reemplazo de la anterior (LA CUARTA) firmada en
febrero de 2019, la cual, a su vez, modificaba sustancialmente el contrato
firmado en octubre del año 2006.
¿Por qué y en qué aspectos se acaba de modificar LA CUARTA?
Sintéticamente, LA CUARTA se originó por la imposibilidad por parte de YPFB de cumplir con el contrato, haciéndose pasible a penalidades. Por esa razón, se redujo los volúmenes mínimos para verano (11); invierno (18) y meses intermedios (16). No obstante, la fórmula de cálculo del precio, anclada a una canasta de combustibles, incluyendo al diésel, se mantuvo sustancialmente inalterada.
Sin embargo, como resultado de 15 años de deplorables gestiones, YPFB no puede cumplir ni con esa reducción por lo que, eventualmente, se ve obligado a enviar gas rico para compensar los menores volúmenes, en perjuicio de su economía.
Por su parte, Argentina acaba de aplicar el Plan Gas 4, el cual otorga importantes incentivos a las empresas que operan el fracking de Vaca Muerta, con el fin de disminuir las importaciones de gas, LNG principalmente pero también el gas de Bolivia. Al mismo tiempo, según la contraparte argentina (IEASA), la baja global del petróleo no se reflejaba en el precio acordado en LA CUARTA.
De esa pugna de aspiraciones y necesidades, surge LA QUINTA, cuyo contenido aún no se ha hecho público. Lo poco cierto, en medio de declaraciones sibilinas, fragmentarias y contradictorias, es que se establecen dos períodos, verano e invierno, con volúmenes mínimos de 8 y 14 MMmcd, respectivamente. Es todo lo que le alcanza a YPFB para cumplir holgadamente con el mercado interno (13), Petrobras (20) y Argentina (14), en el orden. Si sobrara gas, IEASA recibiría, con prioridad, volúmenes adicionales.
En cuanto al precio, según Darío Martínez, Secretario de Energía de Argentina, el nuevo precio sería menor que el anterior: ¡objetivo cumplido! Además, se habría introducido una curiosa referencia al “Henry Hub”, cumpliendo el sueño (que es pesadilla para Bolivia) de un exministro nacionalizador. En efecto, cuesta entender qué pito toca un precio del mercado interno de los EE. UU. en un contrato entre países de otra región.
En cambio, las autoridades bolivianas sostienen que el precio de LA QUINTA será mayor que el anterior. Como las dos afirmaciones no pueden ser ciertas a la vez, alguien está equivocado o, alternativamente, ambas partes nos cuentan verdades a medias.
Cuando nuestro ministro Franklin Molina afirma que el precio para IEASA es mayor que el precio para Petrobras dice una verdad de Perogrullo: desde 2006 los precios han tenido ese comportamiento. Y cuando declara que el precio en enero será probablemente mayor que el precio de diciembre apuesta, tal vez, a la recuperación del precio internacional del petróleo.
Por su parte, cuando el Secretario Martínez asegura que Argentina pagará un precio menor, posiblemente está comparando el precio de la anterior fórmula con el de la nueva. En suma, el nuevo precio resultaría inferior a los 5 $/MMBtu con la agravante de que, si se enviaran volúmenes adicionales, el precio de éstos tendría un “castigo” entre el 15% y el 30%, según la estación. Lo cierto es que disminuirán nuestros ingresos (regalías e IDH) por los menores volúmenes y, tal vez, menores precios.
Finalmente, nada se menciona acerca de la modalidad de pago del gas que IEASA pretendía canjear con diésel, pero que, aparentemente, no ha sido aceptado. ¡En buena hora!
En fin, LA QUINTA es solo un “antipasto” de lo que nos espera: la ardua renegociación del contrato YPFB-IEASA hasta su vencimiento en el ya cercano 2026.
Francesco Zaratti es físico y analista económico.