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Mirada multidimensional | 24/12/2024

La necesidad de formar partidos políticos

Rolando Morales
Rolando Morales

Candidatos sin partido ni equipos técnicos que los acompañen están de moda en la coyuntura actual. En este artículo explico los peligros de esa situación y la importancia que tienen los partidos políticos en el funcionamiento de la democracia.

Candidatos solitarios tienen poca probabilidad de ganar las elecciones. Para evitar su soledad hacen acuerdos espurios con partidos que por alguna razón desconocida tienen vigencia legal. Con ellos negocian su apoyo contra dinero, puestos en el parlamento o en el ejecutivo y otras dádivas. Con ellos no pueden contar para hacer un buen gobierno puesto que con esa práctica inician un proceso de corrupción y de ineficiencia gubernamental. Los candidatos necesitan sus propios equipos y un partido político que los apoyen sin temor a que se dé la vuelta y respalde a otro candidato.

Una función de un partido político es la de constituirse en un primer nivel de elaboración y de análisis de propuestas para resolver problemas nacionales. Ninguna otra instancia en un país tiene esa función sobre todos los temas nacionales.

Una segunda función de un partido político es la de proponer nombres para el ejercicio de la función pública sobre la base de una selección rigurosa de candidatos. Se supone que esta selección es realizada en un marco democrático al interior del partido donde los candidatos son elegidos por su capacidad de liderato y su capacidad de hacer y ejecutar propuestas.

Una tercera función de los partidos es asumir la responsabilidad de los actos (buenos o malos) de las personas que ellos han propuesto para el ejercicio de la función pública. Esto es particularmente importante con relación a los posibles actos de corrupción. Si el presidente negocia apoyos con otros partidos es muy difícil que ello ocurra.

Bolivia muestra en el plano político la misma deficiencia que muestra en otros campos: una gran debilidad de las instituciones que tienen que ver con la democracia. No existe un sistema de partidos políticos que, juntamente con otras instituciones, contribuya a la construcción nacional. Hay muchas razones que explican esta falencia. Algunas de ellas se plantean como problemas estructurales, por ejemplo, el racismo y la fragmentación cultural que frenan la formación de partidos con visión nacional. Otras tienen que ver con el marco legal vigente que introduce incentivos perversos en el quehacer político, por ejemplo, las normas para lograr la personería jurídica en el TSE crean el ámbito para la compra y venta de siglas de partidos fantasmas. Los dirigentes tienen también su parte de culpa en la inexistencia y/o debilidad de los partidos por su limitada visión de los problemas nacionales y su incapacidad de comprender que Bolivia es grande y diversa. No sólo ellos son responsables, también todos aquellos ciudadanos que pudiendo contribuir a la construcción nacional se abstienen de hacerlo por indolencia o pereza.

El funcionamiento de las instituciones públicas depende en gran medida de la calidad del partido político que se encuentre en función de gobierno. La política juega un papel importante en la asignación de recursos humanos y materiales (inversión), en el tamaño y la distribución de los servicios del Estado, en la creación y funcionamiento de las instituciones y en la estructuración de procesos de consenso. Luego, sin partidos que reúnan los atributos anteriormente mencionados, es difícil imaginar tener instituciones públicas, en particular, un gobierno, de buena calidad.

Durante 18 años, muchos políticos han despotricado contra el MAS pero no se les ocurrió formar partidos políticos para hacerle frente. A última hora, buscan siglas en alquiler y alianzas espurias esperando tener alguna oportunidad en las elecciones. Así como es necesario que los bolivianos pongamos más esfuerzo en la educación, en el trabajo y en la economía, es necesario poder más esfuerzo en instituciones, como los partidos políticos, imprescindibles para la democracia. En las últimas décadas, los políticos han mostrado mucha descuido en este campo. Más allá de lamentarse de lo que ocurrió en el pasado, conviene sugerirles que empiecen a organizar partidos y a elaborar propuestas de gobierno evitando negociaciones que pueden ser negativas para su futuro.

Sugiero, finalmente, cambiar las normas vigentes para lidiar en las elecciones, eliminar a los partidos fantasmas y proscribir el mercado de siglas partidarias.

Rolando Morales es PhD en economía.



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