Ingratitud

La historiadora Sayuri Loza menciona a Carlos Sempat Assadourian y José Luis Roca como dos de los autores que admiten que Bolivia no habría existido sin la plata del Cerro Rico de Potosí. “Antes de la República, antes de ser Bolivia, ya había un sentido de identidad que se agrupaba en torno a Potosí. La Real Audiencia de Charcas fue creada a partir de Potosí. La Paz fue fundada para vincular Potosí con Lima y se puede dar muchos ejemplos al respecto”, dice.

Y es que cualquier estudioso de la historia que se respete se va a encontrar con esa evidencia: debido a los yacimientos de plata de Potosí se fundó la ciudad de La Plata, hoy Sucre, como una estación intermedia hacia la tierra de los qaraqara, donde estaba la legendaria montaña. Sí. Los españoles que partieron hacia el sur del Cuzco al mando de Gonzalo Pizarro estaban yendo en busca del Cerro Rico porque Atahuallpa le había revelado su existencia al apu Francisco, el conquistador. Ese fue un hallazgo que Juan Francisco Bedregal Villanueva publicó en 2013.

Por tanto, el dato no es nada nuevo. Los historiadores extranjeros son quienes más lo conocen y, por lo tanto, así lo han publicado. El problema surge cuando los potosinos lo repetimos porque, entonces, nos acusan de chovinistas, patrioteros y regionalistas. Me pasó el 6 de agosto recién pasado, cuando publiqué que “sin Potosí no habría existido Bolivia” en mi cuenta de Facebook y sumé varios comentarios en contra. Me acusaron hasta de irrespetuoso, por referirme al tema justo en el aniversario patrio.

Pero, si no tocamos el tema ahora, cuando ya queda menos de un año para el bicentenario, ¿cuándo lo vamos a hacer? Más allá de la historia, los datos sobre comercio exterior revelan que ahora exportamos más minerales que gas natural así que gran parte del dinero que ingresa al Tesoro General del Estado proviene de las regalías motivadas por la minería. En otras palabras, hemos vuelto a la situación que se vivía en los primeros años de la República: Potosí es el principal sostén económico del país, pero decir eso es ganarse abucheos.

En años anteriores ya publiqué que Potosí es como el hermano mayor de una familia pobre que tuvo que trabajar para mantener y hacer estudiar a los menores y gracias a eso, algunos de estos terminaron carreras universitarias y prosperaron con sus títulos. Ahora, el hermano mayor está débil y enfermo y espera que aquellos a los que mantuvo le retribuyan un poco. La analogía no sirvió de nada porque el resto de los bolivianos no quiere ni saber de compensar a Potosí. Para colmo, se enojan si les tocas el tema.

Luego de que se conozca los resultados oficiales del censo, nuestros hermanos presionarán para tener más escaños, a costa de los nuestros. Y así llegaremos al bicentenario.

Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.