Por su insuficiencia, la presentación de los candidatos en materia de programas y equipos técnicos que los acompañen ha provocado gran desconcierto en la población. Estando a pocos meses de las elecciones, es tarde para que esto cambie. La oposición tuvo 20 años para organizar partidos políticos y formar equipos técnicos para gobernar, no lo hizo, no vale la pena seguir lamentándolo. En este artículo sugiero que interpretemos el próximo gobierno como uno de transición abocado a recuperar en la ciudadanía y en la clase política preocupaciones por los problemas importantes del país. Serían cinco años en que los políticos puedan reorganizar sus partidos y elaborar programas de gobierno para las elecciones del año 2030.
En el proceso eleccionario actual, el MAS en sus diferentes vertientes no tiene otra propuesta que seguir haciendo lo mismo que en los últimos 20 años. La oposición, por su parte, está centrada en tres objetivos: desalojar al MAS del gobierno, solucionar el problema de los carburantes y aumentar la oferta de dólar. Sus planes en otros dominios son marginales y mal tratadas.
Por otra parte, no muestra planes para lograr sus objetivos principales. Sobre el desalojo del MAS se limita a decir que está en sus últimos días, que “todo Bolivia” desea que se vaya, etc. ignorando que el MAS sigue gozando de un tercio del apoyo del electorado. No muestran simpatía alguna con los campesinos ni con la población suburbana. Cometen el mismo error que Comunidad Ciudadana en las elecciones del 2019, encerrarse en sus círculos citadinos. Dan como un hecho el abastecimiento de carburantes en la medida en que haya más dólares lo que piensan lograrlo con préstamos del FMI. Antes de acordar estos préstamos, el FMI preguntará al nuevo gobierno qué piensa hacer para estabilizar la economía. El pueblo boliviano también está interesado en saberlo. Esperemos que la respuesta no sea “haremos lo que Uds. digan”.
Por supuesto que los objetivos prioritarios en la presente coyuntura son solucionar los problemas de escasez de carburantes y de la poca transparencia del mercado de divisas. Si el próximo gobierno no tiene planes serios y bien estudiados para otros temas importantes, mejor sería que se concentre en los dos que le preocupan y deje la solución a otros problemas al próximo gobierno.
No se puede esperar que el próximo jefe de Estado, por muy bueno que sea, conozca cómo enfrentar todos los problemas del desarrollo, pero puede contar con el apoyo de un equipo técnico para resolverlos. Por ello es importante que los actuales candidatos informen sobre la conformación de sus equipos técnicos y que sus miembros se presenten a la opinión pública a través de foros o entrevistas, así evitaran que los candidatos sean interrogados sobre temas que ignoran.
La solución a algunos graves problemas tendrá que ser postergada mientras no exploten. Hay muchos que deben ser enfrentados. Se requiere políticas para aumentar los ingresos para el Tesoro General de la Nación cobrando impuestos a los sectores que tributan poco o nada, como el agroindustrial en Santa Cruz y el cooperativista minero. El extractivismo de dos siglos debe dar paso, poco a poco, a una economía basada en el aumento de la productividad y del valor agregado. Es necesario recuperar la minería a favor del Estado y poner coto al poder de las cooperativas mineras. Debemos proteger adecuadamente el medioambiente. Se requiere de urgencia diseñar una estrategia para mejorar los rendimientos de la agricultura y mejorar las condiciones de vida de los campesinos. Para evitar más conflictos, se tiene que estudiar el problema de la tenencia de la tierra. Es necesario pasar de la etapa de masificación de la educación a una que vele por su calidad. Sería bueno pensar en lograr una democracia genuina. Se requiere poner en marcha un plan de reordenamiento territorial, etc.
El año pasado puse a disposición de los políticos el libro “Aportes para un plan de gobierno” (editorial Plural) en el que expongo mis ideas sobre políticas para hacer frente a los problemas anteriores. Un importante grupo de mujeres hizo, a su vez, sugerencias interesantes. Lastimosamente, ninguno de estos trabajos atrajo el interés de aquellos que lidian por llegar al gobierno. Supongo que podrán constituirse en insumos para preparar programas de gobierno para las elecciones del año 2030.
Rolando Morales es PhD en economía.