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Oveja Negra | 01/03/2024

Evo Morales, el hombre sin atributos

Eduardo Leaño
Eduardo Leaño

El hombre sin atributos es una novela escrita por el encumbrado escritor austriaco Robert Musil. La historia está ambientada en la Europa previa a la Primera Guerra Mundial, caracterizada por la decadencia de la cultura, la ansiedad existencial y la completa incertidumbre. La trama sigue la vida de Ulrich, un hombre introspectivo y complejo que carece de atributos. Por ejemplo: no tiene una identidad clara, lucha constantemente por definir su identidad; le falta sólidas convicciones, se involucra en varios proyectos intelectuales y sociales, pero no se adhiere a ninguna creencia o ideal; su vida necesita de dirección, a menudo lucha por encontrar un camino para la realización personal; no asume compromisos duraderos en sus relaciones personales, esto lo deja en un estado de indecisión y ambigüedad; y, carece de estabilidad emocional, esto lo lleva a comportamientos autodestructivos. Sin duda, una vida aciaga la de Ulrich.

La existencia de Evo Morales, carente de atributos definidos (similar a la de Ulrich), parece desarrollarse de manera caótica en un mundo político desfavorable. El artículo describe a Morales privado de atributos que, en el presente, es el gran obstáculo que le impide encumbrarse nuevamente como el gran líder del pasado.

A principios del siglo XXI, Evo Morales emergió como un líder carismático capaz de generar entusiasmo y confianza entre la gente, era un político que tenía una visión de futuro para el país e inspiraba a propios y extraños, era experto para transmitir sus ideas de manera clara, persuasiva y convincente, mostraba empatía e interés por las necesidades de los pobres y los humildes de este país, era coherente entre lo que decía y lo que hacía.

Evidentemente, los rasgos relacionados con la personalidad no son definitivos ni siempre son positivos. Irving Goffman, el prestigioso sociólogo norteamericano, ha introducido el concepto de estigma para referirse a la marca negativa que desacredita a una persona o grupo social. En la actualidad, el estigma de Morales, según Mariana Guerrero (experta criminóloga mexicana), lo exhibe como un ser violento que no tiene límites, un manipulador que se victimiza todo el tiempo, una personalidad egocéntrica que le gusta ostentar, un cobarde que no admite responsabilidades, un pseudo galán pedófilo que abusa del poder para conquistar jovencitas, un autoritario que si la ley no le favorece, la modifica, una persona capaz de hacer lo que sea para recuperar el poder (Correo del Sur, 14 agosto 2020). Estos rasgos personales negativos se remarcaron en los últimos meses y, al parecer, Evo Morales no logra evitar el deterioro de su identidad pasada.

Asumir compromisos duraderos es otra cualidad de la que carece el ex presidente Morales. Al día siguiente de celebrarse el Referéndum del 21 de febrero de 2016, Evo Morales sostuvo: “Nosotros respetaremos los resultados y vamos a respetar los resultados, sea No o Sí siempre vamos a respetar”. (El Deber, febrero 2016). Adicionalmente, cuando le preguntaron si estaría decepcionado en caso de perder en el referéndum, dijo: “No, estoy preparado. Con semejante récord, me voy feliz y contento a mi chaco”. (Página Siete, febrero de 2016). Incumplió ambos compromisos: no respetó los resultados del 21F y, gracias a las maniobras del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), fue habilitado ilegal e ilegítimamente para las elecciones de 2019; y, después del fraude electoral de ese año, no se marchó a su chaco: dimitió y cual “delincuente confeso”, escapó al exilio. Al parecer, los perversos desenlaces acompañan a las personas que no honran sus compromisos.

La inestabilidad emocional es otra característica que distingue a Evo Morales. Este rasgo se manifiesta en los cambios de humor repentinos, intolerancia a la crítica, dificultades para controlar la ira, relaciones interpersonales conflictivas y otros. En cierta ocasión, cuando su ex vicepresidente declaró: “El compañero Evo tiene que dejar gobernar al presidente Luis y si quiere dar una sugerencia que se la haga, de la debida manera, en ciertos temas más generales, no de detalle” (Opinión, 28 marzo 2023). La réplica de Evo Morales, cargada de intolerancia e ira, no se dejó esperar, respondió: “Yo diría, en resumen, tengo un enemigo más. Catorce años mi vicepresidente, duele mucho. Será porque soy indígena o porque soy leal, somos leales a los principios y valores que nos dejaron nuestros antepasados. Sólo decir: gracias, Álvaro” (La Razón, 2 abril 2023). Ciertamente, la inestabilidad emocional resulta autodestructiva.

Así, la perdida de atributos por parte de Evo Morales parece reflejarse en una serie de desaciertos políticos que, Homero Carvalho (el prolífico escritor beniano), lo expresa acertadamente: “Creo que antes del 21F todo le salía bien al MAS (Evo), incluso lo que hacía mal. Ahora todo le sale mal, incluso lo que hace bien”. 

Eduardo Leaño es sociólogo.



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