Especulación financiera y cambiaria corroen modelo del MAS

Tengo algunas actividades económicas que realizo en dólares; hace unos meses recibí un giro del exterior y cuando fui a cobrarlo en la institución financiera me obligaron a hacerlo en bolivianos al cambio de 6,86 bolivianos. A los pocos días debía cancelar una deuda en dólares y pude conseguir una cantidad pequeña a 8,9 bolivianos por unidad de la moneda estadounidense. Esta situación real me lleva a la afirmación de que en Bolivia vivimos una especulación cambiaria, la misma que ha entronizado un cambio paralelo. Falta saber si la vida de la brecha cambiaria será prolongada o de corta duración.

Hace varias semanas, el gobierno logró un acuerdo de 10 puntos con el sector empresarial; de los temas acordados, se estableció el 10% como umbral máximo en el cobro de comisiones por transferencia de dólares al exterior del país dentro de actividades de comercio internacional. La medida fue acordada por la razón de que algunos bancos estaban haciendo cobros exorbitantes del rango de hasta el 30%. A estas acciones unilaterales del sector financiero, le llamó “especulación financiera”.

Corroboran esta categoría especulativa, la sanción por 20 millones de bolivianos de la Autoridad del Sistema Financiero (ASFI) a entidades de intermediación financiera, incluyendo bancos, que han incumplido con la banda de tarifas, particularmente en transacciones con dólares.

El Gobierno del MAS, desde noviembre de 2011, mantuvo la paridad cambiaria a 6,96 bolivianos para la venta y 6,96 bolivianos para la compra de la moneda estadounidense (dólar). Al mismo tiempo ha mantenido una muy buena relación con el sector financiero hasta el presente año. Son más de 12 años de este modelo que ha comenzado a cambiar dramáticamente en el mes de abril y mayo de 2024.

Otro aspecto sobre el que me he pronunciado es la tremenda importancia que tiene la economía del dólar en las actividades del sector productivo agropecuario. En el caso del sector empresarial, salvo la tierra, el agua y la barata mano de obra, el resto de los insumos y maquinarias no son nacionales son importados. Eso quiere decir, que las semillas, los agroquímicos, abonos, maquinaria agrícola, los aceites, repuestos, llantas, maquinarias son adquiridas con dólares. Esta situación es similar en otros rubros industriales, farmacéuticos, de alimentos, porque desde los alfileres, bolígrafos, papel, hasta movilidades son importados. Nunca antes se tuvo la necesidad de cuantificar ¿para qué sirven los dólares? Y de verdad se descubre la situación de atraso que tiene el país.

El contrabando, los importadores y también el Estado necesitan dólares,

El uso descomunal que ha realizado el Gobierno del MAS de las divisas en dólares para la importación de carburantes y alimentos (trigo y harina de trigo principalmente), más otros factores como el déficit fiscal y el servicio de la deuda externa, han generado la escases de esta moneda, en las arcas del Estado, en el sistema financiero y en los bolsillos de la gente.

Por este camino, los productos de consumo, los bienes de capital se reducirán, subirán de precio y se generará procesos inflacionarios que terminaran castigando las economías familiares.

El Gobierno de Luis Arce debe ser responsable y generar condiciones serias de reducción del déficit fiscal, recortar los gastos de la inmensa planilla de servidores públicos, ser más eficiente y parar el endeudamiento externo e interno. En otras palabras, debe dejar de hacer lo que ha hecho estos 18 años.

Termino afirmando que en Bolivia ya existe una especulación cambiaria y financiera atizada por la ausencia de dólares en el mercado local, situación que va a generar una nueva percepción de la economía en la población y la necesidad de abrir un espacio de debate respecto de cambios en la economía a implementar a acorto y largo plazo.