¿Nos agarrará nuevamente la mano del destino a los bolivianos y nos arrastrará de vuelta a su insaciable juego? ¿Volveremos a comer de la fruta envenenada del “evismo”, como sucedió en el periodo 2000-2005? ¿Regresaremos a instalarnos en esa estación refrigerada por el aliento del alma egocéntrica del jefazo?
“Debemos pedir al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que rectifique antes del 17 de agosto, porque hoy, en este ampliado, el pueblo se ha manifestado. Si en las papeletas de las elecciones no se encuentra la representación del pueblo popular, a la cabeza de nuestro candidato Evo Morales, no va a haber elecciones, no se va a llevar elecciones” (sic.). Esto manifestó, sin asomo de rubor en la cara, la presidenta del Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan Bol), Ruth Nina, el pasado domingo, en un encuentro de los seguidores de Morales en la región cocalera de Cochabamba.
¿Lo que nos suceda o deje de suceder, la estabilidad o inestabilidad del país, la gobernabilidad o ingobernabilidad del Estado, depende de Evo Morales?
Thomas Hobbes razonó en el Leviatán que, antes de la invención del gobierno, la vida debió de ser una guerra de todos contra todos. Un tiempo ocupado por el miedo continuo y estacionado. Según Hobbes, la muerte, la pobreza y la ignorancia siempre imperarían a menos que existiera un gobierno fuerte, uno que debe intimidar a sus súbditos con tanta eficacia como para que opten por someterse a sus leyes, en lugar de matarse y robarse mutuamente. El gobierno debe proporcionar ley y orden, si no quiere que el desorden y la violencia acaben con el propio gobierno.
Evo Morales hizo (y continuará haciendo) de las suyas, porque es de un zorro en un gallinero. Pero es tiempo de que el zorro se encuentre con el Leviatán, en su potencia y contundencia, para que, de esta manera, en el gallinero reinen la ley y el orden. Si el siguiente gobierno no quiere que la tranquilidad de las personas (y la suya) caiga más de prisa que nuestras divisas, debe evitar que el zorro siga campeando a sus anchas en el gallinero: intimidando, bloqueando, boicoteando.
Adelante se anuncia un juego de suma cero: si Morales se impone, el Estado de derecho se torcerá como una rama en medio de una tormenta; pero si el Estado de derecho se afirma, Morales reculará como una gallina.
César Rojas es comunicador social y sociólogo.