Tomemos debida nota de lo que a continuación transcribo. Leamos esos datos de principio a fin, a pesar de que ya sabemos que los seres humanos no podemos soportar demasiada realidad.
“El departamento de Beni registra en promedio el 54% de superficie quemada anualmente del total del país, seguido por Santa Cruz con 38%, La Paz, con el 6% y Cochabamba con el 1% restante. Santa Cruz ha perdido la mayor superficie de bosque primario húmedo (12%) entre 2002 y 2020 por deforestación, incendios y otras causas.
De esta manera Bolivia es considerada como uno de los países con mayor deforestación del mundo: pasó de tener 63 millones de hectáreas de bosque en 1985 a 55 millones de hectáreas en 2022. El 79% de la deforestación ocurrió en Santa Cruz”.
Esto escribió Rodolfo Erostegui (RE) el |12|09|24| en Brújula Digital bajo el título de “Incendios criminales”. No transcribo más, porque las referencias a nuestra realidad medioambiental, son muchas y son malas. ¿Quién es uno de los responsables de este ecocidio? RE lo señala con claridad: “el paquete de decretos incendiarios aprobados por Evo Morales entre ellos el DS. 1171 de 2019”. ¿
Se acuerda de este señor Morales que repicaba a diestra y siniestra la campana del pachamamismo en cuanta plaza y foro tuviera ocasión?, ¿este político profesional que decía representar el alma roussoriana de los indígenas bolivianos?
Resulta que la Madre Tierra solo fue el soporte discursivo para levantar un poder sin extintor. No solo que no cuidó la naturaleza, más bien la entregó a las manos depredadoras de interculturales, agroindustriales y cooperativistas mineros. Cometió un pecado (y sigue en esa ruta siniestra el actual presidente Arce) imperdonable para un gobernante: desentenderse de la realidad medioambiental. Puso entre él y la realidad una muralla de intereses y cálculos políticos. Y esa pasó a ser su nueva realidad.
Afuera, fuego, humo, incendios y los animales que mueren retorcidos en el calor y el dolor. Afuera, la naturaleza aprendiendo a hablar el lenguaje de la exclamación. El presente y el futuro se calcinan a la sombra del poder masista. Está claro, el poder resultó siendo el opio de la izquierda.
César Rojas es sociólogo y comunicador social.