Santo Domingo, la capital de República Dominicana, el país que comparte la isla con el empobrecido y deforestado Haití, es una ciudad cautivadora por su ambiente cálido y su hospitalidad, además de su cercanía al circuito de playas que atraen a millones de visitantes que generan cerca del 15% del PIB. El año 2023 el país logró 9.750 millones de dólares por el sector turístico. La capital de la que en su tiempo fue conocida como La Española –isla donde Cristóbal Colón y sus tres carabelas arribaron en octubre del ya lejano 1492–, es hoy el epicentro de un proyecto que de concretarse lo convertirá en un actor clave en el sector energético en la región del Caribe y Norteamérica.
Se trata de un megaproyecto de infraestructura y transporte de energía, que implicaría una inversión de 5.400 millones de dólares y consistiría en lograr generación eléctrica para consumo interno y para exportación hacia Puerto Rico y Estados Unidos.
“Una interconexión entre Puerto Rico y la República Dominicana resulta lógica dada la cercanía y limitaciones de poder interconectarnos con otras jurisdicciones. Estas iniciativas tienen que ser por entidades privadas y no forman parte de inversiones actualmente en los planes del Gobierno” señaló al respecto el presidente de la República Dominicana, Luis Abidaner. Sin embargo, financistas entendidos no descartan que el proyecto implique la participación del sector público, quizás bajo la modalidad de Asociación Público Privada (APP).
El mandatario dominicano proviene de una familia de origen libanés, es empresario y fue elegido en agosto del año 2020 por un período de cuatro años y reelecto este año para un segundo período que finalizará el 2028. Aunque era militante del tradicional Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fundó el 2014 el Partido Revolucionario Moderno, con el que triunfó y alcanzó la presidencia. A poco de llegar al poder, el 15 de octubre del 2020, su firmó un acuerdo de cooperación con Estados Unidos que le permite a República Dominicana acceder a financiamiento en las áreas de turismo y energía así como en proyectos de infraestructura.
En la página oficial de la Presidencia de República Dominicana se afirma que en virtud del acuerdo, Estados Unidos y República Dominicana “trabajarán para identificar proyectos prioritarios y los financiamientos necesarios para llevarlos adelante; alentar la innovación y la sostenibilidad mediante el fortalecimiento de los marcos normativos locales; promover el conocimiento sobre proyectos de desarrollo local en el sector privado de los Estados Unidos y explorar formas de apoyar estos proyectos con financiamiento, seguros y asistencia técnica”.
Es dentro de esos objetivos que el gobierno dominicano se ha enfocado en lograr excedentes energéticos para el año 2027 y tender un cable submarino para vender electricidad a Puerto Rico, estado asociado de Estados Unidos. Desea producirla a partir de gas natural, hidroelectricidad y fuentes renovables. Debe recordarse que en septiembre de 2017, el Huracán María produjo enormes daños en Puerto Rico, país isleño que desde entonces ha soportado apagones constantes pues la catástrofe develó un sistema energético que adolecía de grandes falencias.
La Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) es la entidad pública portorriqueña que enfrenta el reto de conseguir más inversiones que atiendan la demanda insatisfecha y repongan la destrucción ocasionada por el huracán. De ahí que un proyecto como el que se concibe en Santo Domingo, que implica ampliar la capacidad energética de República Dominicana para exportar electricidad a Puerto Rico mediante un cable submarino, se ha convertido en el más importante proyecto que de concretarse convertiría a República Dominicana como un actor clave, sino líder, en generación eléctrica y permitiría a Puerto Rico resolver el déficit energético actual. Por parte de Estados Unidos, el Departamento de Energía participará en las autorizaciones necesarias para la viabilidad del proyecto que a su vez permitirá conseguir fuentes de financiamiento.
República Dominicana ha logrado un importante flujo de inversión extranjera directa, que en los últimos años ha representado cerca del 4% del PIB, uno de los más altos de la región caribeña. Las calificadoras internacionales como Fitch Ratigns, Standard and Poor’s y Moody’s, han mejorado la calificación del país y según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) el riesgo país es menor que el de otros países con calificación de grado de inversión, lo que permitirá un menor costo de acceso a los mercados financieros. Una inversión de alrededor de 5.400 millones de dólares en los próximos años en el megaproyecto energético potenciará la economía del país que espera exportar energía, generar miles de empleos y convertirse en actor relevante del sector de energía renovable, objetivo que persiguen muchos países para reducir emisiones nocivas.
Los siguientes datos adicionales aportan a una visión de la actual situación económica de República Dominicana. El Ministerio de Hacienda anunció hace pocos días que la agencia crediticia Standard & Poor's reafirmó la calificación de riesgo de República Dominicana en “BB, con perspectiva estable”, destacando el liderazgo regional de su economía y un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5 % anual en los próximos cuatro años. Según la información oficial, la calificadora destacó que el PIB per cápita del país alcanzará aproximadamente US$ 11,500 en 2024, casi el doble desde 2014.
Walker San Miguel es abogado.