El jucumari en la diablada: un tesoro en peligro de extinción

El majestuoso oso de anteojos, conocido como jucumari, único en su especie en Sudamérica, es uno de los ocho osos que existen a nivel mundial, pero su existencia se ve amenazada por un futuro incierto. Refugiado en 12 áreas protegidas, este emblemático animal desempeña un papel crucial en el equilibrio ecológico de nuestros ecosistemas y su iconografía enriquece nuestras tradiciones culturales, especialmente durante la danza de la diablada.

Su inclusión en el Libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia como una especie “vulnerable” refleja la urgencia de tomar medidas para su protección. El 25 de abril de 2022 se presentó un proyecto para promover al oso de anteojos como patrimonio natural y cultural de Bolivia, reconociendo su importancia nacional. Aunque este proyecto aún no ha sido aprobado, el oso andino goza de ciertos niveles de protección bajo disposiciones constitucionales y legales que se aplican a la conservación de la fauna silvestre. Sin embargo, aún no cuenta con medidas específicas de protección elevadas a rango de ley, a excepción de una ley departamental que reconoce su protección como patrimonio. En el departamento de Tarija se le ha otorgado el estatus de patrimonio natural mediante la Ley N°354.

Ante el riesgo inminente de su desaparición se ha implementado el Plan de Acción 2020-2025 con el objetivo de salvaguardar su existencia. Este plan requiere la colaboración activa de diversas entidades involucradas en la conservación. No obstante, la sensibilización acerca de las amenazas que enfrentan estos animales debe extenderse más allá de la mera distribución de folletos por parte de las instituciones gubernamentales. Es importante abordar de manera efectiva los problemas como el tráfico ilegal de fauna, que representan una amenaza para esta especie.

El Carnaval de Oruro 2024 se ha destacado por su valiosa iniciativa de difundir un mensaje de protección del oso andino, gracias al compromiso de organizaciones como Amor por los Animales Bolivia (APLAB) y Jukumari Bolivia. El mensaje “Oso Andino, ¡Te queremos vivo!”, resonó en la Fraternidad Artística Cultural La Diablada. APLAB ha desempeñado un papel destacado al capacitar y ofrecer talleres al bloque de danzantes disfrazados de osos, demostrando un compromiso real con la defensa y conservación de los jucumaris. Aunque estas organizaciones no cuentan con el financiamiento del Estado, su dedicación demuestra que incluso con recursos limitados se pueden lograr avances importantes. 

El Carnaval de Oruro ofrece una valiosa oportunidad para sensibilizar a la población y obtener apoyo en la protección del oso de anteojos, especialmente por su destacada presencia en la emblemática danza de la diablada. Para potenciar su impacto, resulta crucial integrar estas iniciativas en un enfoque más amplio y coordinado, incentivando la participación de más fraternidades y con un compromiso más activo por parte las autoridades gubernamentales.

Lorena Choque es politóloga y socióloga. Twitter: @LorenaWendyCh