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Oveja Negra | 19/07/2020

Difusión de encuestas: “hilando fino” con ovillo grueso

Eduardo Leaño
Eduardo Leaño

Leí alguna vez un grafiti que decía esto: “Los políticos, cuando no logran convencerte, tratan de confundirte”. Al parecer esto pretende realizar Marianela Paco, vocera del MAS, en auxilio de su alicaído candidato Luis Arce que, conforme la Ley de Régimen Electoral (artículo 136, parágrafo III), ha cometido el delito que prohíbe que los partidos políticos “difundan resultados de estudios de opinión en materia electoral” que sean de tipo interno y, conforme el mismo parágrafo, la contravención de este precepto implica que el Órgano Electoral Plurinacional debe aplicar la sanción de “cancelación inmediata de su personería jurídica”. El presente artículo intenta analizar el discurso político de la ex ministra de comunicación en defensa de Arce y su desgastado partido. 

El martes 15 de julio, en el canal Abya Yala, Enrique Salazar entrevistó a Luis Arce. En el di;alogo se confirma la transgresión del candidato masista a la normativa electoral vigente. El video respectivo ha tenido una difusión masiva en las redes sociales; allí puede constatarse que, innegablemente, Arce ha divulgado los resultados de su encuesta, ha comunicado datos y porcentajes de la preferencia electoral, ha propagado la inclinación electoral de la ciudadanía que revela su estudio de opinión; en suma, ha infringido la ley.

En su empeño por persuadir o aturdir a la ciudadanía en relación a la “falsedad” de dicho delito, Marianela Paco ha recurrido a la estrategia discursiva de polarización que, claramente, resalta el valor positivo de su postura y destaca el valor negativo del resto de los discursos. Efectivamente, esta estrategia manifiesta desacuerdo, expresa disentimiento y marca límites con los no masistas. A fin de encarar adecuadamente el análisis de las diferentes intervenciones de la señora Paco en los últimos dos días, se identificó tres estrategias de polarización que de alguna manera tratan de legitimar su discurso y deslegitimar el discurso ajeno.

Exacerbar emociones. Esta estrategia discursiva consiste en mostrar dos conductas emotivas absolutamente contrapuestas. Al respecto, la vocera de este partido señala lo siguiente: “… es otro acto más de sus desesperadas intenciones de proscribir a una organización política del pueblo”. En esta intervención, la polarización que pretende hacer evidente se expresa entre sosiego e irritación: ellos se encuentran emocionalmente serenos (quizá por la victoria que les otorga su encuesta); los otros, por una aparente infracción de Arce, se hallan con los ánimos alterados. El propósito de este artificio lingüístico es mostrar que la postura de serenidad del MAS goza de un amplio espíritu de racionalidad y de una extensa legitimidad; en cambio, la insensata inquietud de los antimasistas, cegados por los enfurecidos ánimos que les inducen a exigir absurdas demandas (excluir al partido el “pueblo”), resulta irracional e ilegítimo.

 Justificar acciones. Este recurso discursivo opera en el sentido de proporcionar argumentos orientados a evidenciar que determinadas acciones se circunscriben en un margen de absoluta normalidad y otros no. Marianela Paco, supuestamente “hilando fino”, se afana en sostener la apropiada intervención de Luis Arce en aquella entrevista; en tal empeño, apela al Reglamento de Elaboración y Difusión de Estudios de Opinión en Materia Electoral (Resolución del TSE, 23 enero 2020) para enfatizar que su candidato no cometió ninguna irregularidad. Luis Arce, en aquella oportunidad, no presentó ninguna ficha técnica de la encuesta, no hizo referencia a resultados estadísticos expresados en tablas, no reveló gráficos, no mostró porcentajes y no comentó un estudio primicial; así, concluye Paco, “la declaración de Arce no tuvo esos cinco requisitos que le den el carácter de difusión” como lo establece el Artículo 4, inciso a), del mencionado reglamento; por tanto, no es posible advertir delito alguno.

Aquel discurso polarizador de la vocera del MAS intenta contrastar un hecho normal (lo realizado por Arce en la entrevista) y otro anormal (las acusaciones infundadas de los no masistas sobre el delito cometido). De esta manera resalta positivamente su posición política y desvaloriza la de los antimasistas. Sin embargo, lo que empaña el razonamiento de Paco es que el mencionado Reglamento rige no para las organizaciones políticas sino para los medios de comunicación y empresas especializadas en estudios de opinión pública en materia electoral.

Sobrevalorar/Desvalorizar. La lógica de esta estrategia discursiva consiste en contrastar dos hechos, uno que se desvaloriza (el de los otros) y otro que se sobrevalora (el propio). La exministra Paco contrapone lo sucedido en las elecciones subnacionales del 2015 que culminó con la proscripción de Unidad Demócrata (UD) en el departamento del Beni y lo ocurrido recientemente con el delito cometido por Luis Arce (que aún no ha concluido).

El 2015 un dirigente de UD, Carmel Lenz, convocó a una conferencia de prensa con la intención de poner en conocimiento unas encuestas primiciales en la que explicó las especificaciones técnicas y presentó los resultados electorales favorables a su organización política; este hecho, en el discurso de la vocera del MAS, resulta despreciable y censurable y, la sanción asignada por el TSE, merecida. En contraste, la transgresión normativa de Arce, es sobrevalorada porque el candidato masista “no cometió ninguna falta ni delito electoral, como lo hizo UD el 2015”. Con este procedimiento, el uso de este repertorio lingüístico trata de legitimar el delito electoral propio (sobrevalorando sus “méritos”) y deslegitimar la infracción ajena (sobredimensionando la transgresión).  

Así, como nefasta hilandera, la exministra quiso “hilar fino” con ovillo grueso; al parecer, aquel enredado discurso sobre la inocencia de Arce Catacora no logró convencer ni confundir a la sabia ciudadanía.

Eduardo Leaño es sociólogo y docente universitario.



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