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Surazo | 17/07/2025

Cuna de la libertad

Juan José Toro
Juan José Toro

La polémica “histórica” de esta semana la protagonizó Samuel Doria Medina al felicitar a La Paz por su efeméride cívica y, además, llamarla “cuna de la libertad”. Aunque la etiqueta podría interpretarse de diferentes maneras, hay que recordar que la revolución libertadora de La Paz fue el 16 de julio de 1809, pero Chuquisaca ya se había sublevado contras las autoridades realistas un par de meses antes, el 25 de mayo de ese año.

Entre las muchas réplicas que provocó Samuel está la del ejecutivo de la Federación Universitaria Local de San Francisco Xavier, Sergio Vargas, quien dijo que “no hay primero ni segundo grito. Aquí hay un primer y único grito libertario de América Latina que se ha dado el 25 de mayo de 1809 en la ciudad de Sucre, a la cabeza de los doctores de Charcas. Eso es lo único que los bolivianos debemos manejar”. Es decir… una metida de pata fue respondida con otra metida de pata, y hasta más profunda.

Lo de los “gritos libertarios” da para tesis enteras, especialmente por su carácter subjetivo, pero, si de Sudamérica se trata, el antecedente más antiguo no está en el territorio hoy boliviano, sino en el Perú: el 3 de mayo de 1536, el sapa inca Manku Kapax II, que es más conocido como Manco Inca, protagonizó un alzamiento contra la corona española que se prolongó hasta 1572. De por medio, esa sublevación tuvo hasta cuatro líderes (el último, Tupaj Amaru I, ejecutado por órdenes del virrey Francisco de Toledo).

Pero en lo que concierne a procesos históricos que derivaron en libertad, es útil recordar que, en Macha, los abusos del corregidor Joaquín Alós provocaron las quejas del cacique Tomás Katari, al que llegó a despojar de su título. Katari se fue caminando hasta Buenos Aires y presentó sus quejas al virrey Juan José de Vertiz en persona. 

El representante del rey en el Virreinato del Río de la Plata ordenó que Alós pare sus abusos y devuelva el título usurpado, pero él no hizo caso. Eso provocó el gran levantamiento indígena de Macha y Pocoata, el 24 de agosto de 1780, que fue seguido por el de José Gabriel Condorcanqui, el 6 de noviembre de ese año, quien se puso el sobrenombre de Tupaj Amaru II. Al año siguiente, Julián Apaza se sublevó en La Paz y adoptó otro apodo, Tupaj Katari.

Los grandes levantamientos indígenas golpearon tan fuerte al régimen colonial que, una vez sofocados, se promulgó la “Real Ordenanza para el establecimiento e instrucción de Intendentes del Exército y Provincia en el Virreinato de Buenos Aires. Año de 1782” que creó la figura de intendentes, que se sobrepusieron a los cabildos, y de subdelegados, para reemplazar a los corregidores. Esta reforma incentivó los espíritus regionales que fueron claves cuando comenzó la Guerra de la Independencia. El germen fue las invasiones inglesas, de 1806 y 1807, en las que se formaron las milicias rioplatenses y la chispa fue el alzamiento del 1 de enero de 1809, en Buenos Aires…

¿No ve? No es nomás hablar por hablar…

Juan José Toro es Premio Nacional em Historia del Periodismo.




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