POLLOS
POLLOS
BRUJULA DIGITAL - ARTE PRINCIPAL
BRUJULA DIGITAL - ARTE PRINCIPAL
Mirada pública | 15/02/2025

Cancillería y la importancia del diálogo internacional

Javier Viscarra
Javier Viscarra

La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, se desplazó esta semana hasta Aguas Blancas, una pequeña población argentina fronteriza con Bermejo, Bolivia, para inaugurar la construcción de una valla de 200 metros. Aunque se trata de una obra de escasa envergadura, el acto estuvo rodeado de toda una parafernalia mediática. Claro, su simbolismo trasciende lo que es, en términos prácticos, una modesta construcción; su verdadero propósito fue enviar un mensaje claro en la lucha contra el narcotráfico que circula entre ambos países.

Bullrich no se anduvo con rodeos. Durante la presentación de la valla expresó, en un video promocional, que “los cercamos a los delincuentes”, una declaración que, más que apuntar al tráfico ilícito en ambas direcciones, sugiere que todos los “delincuentes” provienen exclusivamente de Bolivia. Esta visión, reduccionista y parcial, refuerza la etiqueta que ciertos sectores intentan adherir a Bolivia como el único culpable del narcotráfico en la región, ignorando la dinámica bilateral y multilateral de este fenómeno.

Sin embargo, los errores diplomáticos cometidos por la Cancillería de Bolivia en este impase son variados. En mi columna anterior sobre el tema, titulada “Fricciones diplomáticas, entre la realidad y la retórica”, ya señalaba cómo la negligencia de los diplomáticos bolivianos en Buenos Aires y Salta ha sido determinante en el deterioro de las relaciones bilaterales. En el manual básico de cualquier cancillería, se establece que los diplomáticos deben mantenerse informados sobre los acontecimientos del país receptor y transmitir esa información al gobierno del país acreditante. El incumplimiento de esta tarea esencial, establecida en el artículo tercero de la Convención de Viena, refleja una falta alarmante de compromiso profesional.

Tanto la embajada como el consulado debieron alerta a Celinda Sosa sobre el denominado “Plan Güemes, que no se proyectó de la noche a la mañana. Sin embargo, no tiene sentido pedir la renuncia de estos funcionarios, como sugieren algunos diputados con experiencia en el servicio exterior. Sencillamente, se sustituirían por otros, igualmente alineados con el régimen y tan ajenos a las responsabilidades diplomáticas como los anteriores.

Otro error se encuentra en la decisión, poco pensada, de emitir un comunicado con un tono casi de protesta, indicando de manera prescriptiva cómo deberían llevarse a cabo los trabajos bilaterales dentro del marco de la "buena vecindad". Aunque el contenido del comunicado no es del todo equivocado, es de una torpeza mayúscula utilizar esta vía para señalar lo que debe ser un proceso de diálogo continuo. Entre quienes saben de las señales y el lenguaje diplomático, un comunicado debe ser uno de los últimos recursos, cuando todas las demás vías de entendimiento y negociación han fracasado.

Pero, ¡albricias!, parece que la sensatez finalmente tocó la puerta del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia. La canciller Celinda Sosa, esta semana dejó entrever que para avanzar en una buena vecindad, lo esencial es establecer mecanismos de diálogo. ¡Bravo, ministra! Esa es la vía correcta, aunque, claro, llegó algo demorada. Después de tantas fricciones y una lluvia de innecesarios intercambios mediáticos, finalmente se reconoce lo que debía ser el camino, la diplomacia y el diálogo fluido.

No solo la canciller Sosa parece haberlo comprendido. También en el área de la lucha contra el narcotráfico las autoridades bolivianas despabilaron. El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Jaime Mamani, reaccionó en paralelo a Sosa, enviando una nota a Buenos Aires para coordinar esfuerzos conjuntos en la lucha contra el narcotráfico.

Entre tanto, el movimiento argentino en la frontera es notable; el vecino país está desplegando 10.000 uniformados, drones y otros equipos de tecnología de alta gama para frenar el tráfico ilícito de drogas. Durante la primera semana de operaciones, los resultados fueron inmediatos con 500 kilos de cocaína incautados, provenientes de Bolivia.

Esta lucha debe ser conjunta y así se la debe presentar a la comunidad internacional. No podemos permitir que Bolivia sea vista como la única culpable y todo por la ineficiencia de las autoridades bolivianas. A estas alturas, esperar un cambio real del gobierno del MAS parece una utopía. Bolivia, lamentablemente, parece condenada a seguir en este ciclo hasta que Luis Arce y su gobierno se retiren y se inicie una verdadera reconstrucción de la institucionalidad.

Javier Viscarra es periodista, abogado y diplomático.



BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
AlicorpEffie2024-300x300
AlicorpEffie2024-300x300