Cambio de discurso sobre ATPDEA

El Movimiento al Socialismo siempre ha mantenido una actitud crítica frente a Estados Unidos. Parten del supuesto de que esas relaciones con el “imperialismo” son dañinas para el país. Que succionan nuestros recursos naturales y nuestro excedente económico.

Estos criterios subjetivos son más ideológicos que otra cosa. El partido azul profesa una ideología socialista y nacionalista, alineada al socialismo del siglo XXI, la misma que es contraria a la política norteamericana. Por ello el MAS ha criticado la condicionalidad de la ayuda estadounidense, argumentando que está sujeta a requisitos que comprometen la soberanía del país.

Los azules consideran que la diplomacia norteamericana en el país ha sido intervencionista y contraria a los intereses de Bolivia, lo que ha generado desconfianza y resentimiento en el gobierno del MAS. El año 2008 se expulsa al embajador estadounidense.

En resumen, las diferencias ideológicas, las cuestiones de cooperación y ayuda, y las relaciones diplomáticas tensas han contribuido a que el MAS califique las relaciones con Estados Unidos como malas o dañinas.

Esta actitud la tuvieron mucho antes que el MAS sea gobierno se opuso radicalmente a que Bolivia venda gas a ese país, ese fue uno de los aspectos porque se desató la denominada, por ellos, guerra del gas.

Decían que esta Ley norteamericana imponía condiciones restrictivas a Bolivia para acceder a los beneficios comerciales y eso afectaba la capacidad del país para desarrollar la economía de manera autónoma. Pero en realidad lo que criticaban era que esta Ley estaba vinculada al cumplimiento en los acuerdos de erradicación de las plantaciones de la hoja de coca.

El año 2008 el presidente George W. Bush, argumentando que el gobierno boliviano no mostró voluntad de colaborar en la lucha contra el narcotráfico, pidió separar a Bolivia de los beneficios del ATPDEA.

Con este acuerdo se permitía el acceso libre de aranceles a una amplia gama de productos bolivianos en el mercado estadounidense. Con esta ley norteamericana se diversificaron las exportaciones bolivianas al país del norte. Se pasó de exportar 24 productos no tradicionales en 1996 a 441 productos en el año 2006. Esto incluyó productos como confecciones textiles, marroquinería, joyería y maderas trabajadas.

La pérdida del ATPDEA también afectó la economía local, ya que las exportaciones a Estados Unidos disminuyeron significativamente. Se estimó, en su momento, que sólo en el sector textil se perdieron alrededor de 16.000 empleos directos e indirectos.

El impacto se sintió inmediatamente, sobre todo para los pequeños productores empresariales, por ello el gobierno emitió el Decreto Supremo 29766 para financiar el pago de aranceles para las empresas exportadoras bolivianas.

Ahora que el gobierno de Donald Trump decidió declarar la guerra de aranceles a todo el mundo, el presidente Luis Arce rechazó la decisión de Estados Unidos de aplicar nuevos aranceles a las importaciones bolivianas en 2025. En otras palabras, después de despilfarrar los recursos del gas, endeudarnos inmensamente a los bolivianos, robar ingentes cantidades de dinero y ahora, nos mantienen contra la pared por falta de dólares, afirman que los norteamericanos deben abrir su mercado.

También está preocupado, después de haber hostigado a los empresarios durante 20 años no dejando exportar, afirma que está trabajando en abrir nuevos mercados para los productos bolivianos como el de Chile, para la exportación de carne de res y leche; Arce citó también las gestiones ante los países que conforman el BRICS (Brasil, Rusia, India China y Sudáfrica) y la conclusión de trámites para el acceso pleno de Bolivia al Mercosur.

Estos esfuerzos que se hacen por buscar nuevos mercados para los productos bolivianos es una actitud que la podemos considerar buena, pero se llevan adelante forzados por la nueva realidad.