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País con arritmias | 18/06/2024

Agua sí, aire sí, y saquen el oro sin usar mercurio

Cecilia Vargas Vásquez
Cecilia Vargas Vásquez

Desde tiempos inmemorables el oro ha representado riqueza; fue el medio de pago mediante monedas y hasta cubrió el rostro de faraones egipcios tras su muerte. También fue uno de los motivos, sino el principal, en cuanto a la desaparición de la civilización inca tras la conquista por los españoles. Hoy en día sigue siendo un recurso muy valioso, considerado dentro de las reservas nacionales de los países, y de comercio legal e ilegal mundial.

La extracción de oro conlleva un proceso, ya sea el oro desde las minas o desde el agua de los ríos, llamado oro aluvial; este último se obtiene removiendo el sedimento del fondo del río mediante succión a presión accionada por motores que funcionan a diésel. Esa materia succionada que contiene lodo, arena y polvo de oro se traslada mediante una canaleta a unas alfombras que se encuentran en declive, reteniéndose en los pelos de la alfombra el polvo de oro mezclado con arena. Ese contenido (oro y arena) es vaciado a un bidón, donde además de añadirse arena se echa mercurio; el mercurio forma una amalgama con el oro, esa amalgama con agua es filtrada mediante una tela porosa, un trapo, y en el trapo queda el oro con mercurio que en su conjunto es la amalgama, desechando el agua. El contenido sólido que queda en el trapo es secado y calentado y eso produce la evaporación del mercurio que termina en el aire y agua, y de esa manera se obtiene el oro sólido.

El proceso que comienza con la succión de contenido de los ríos y termina con la obtención del oro que va a terminar siendo un lingote o pepas, ha producido cambios en, por ejemplo, peces y plantas y sus correspondientes ciclos de vida en los ríos, con repercusiones en toda la vida alrededor, desde reptiles hasta humanos; esa modificación no solo obliga a migrar a determinadas especies o a alterar sus ciclos alimenticios y reproductivos, sino además modifica el aire y el agua que consumimos todos, plantas, animales y humanos.

Cuando el mercurio toma contacto con el agua, su forma cambia a metilmercurio y se comienza a acumular en la cadena alimentaria a través de peces y otras especies que luego son consumidas por los humanos; por otro lado, cuando el mercurio es evaporado al separarse del oro, estos vapores no se pueden ver ni oler y producen daño al sistema nervioso, los pulmones y los riñones; cuando el contacto del mercurio es con una embarazada puede producir el nacimiento de niños con enfermedades congénitas, afectando el sistema nervioso, pulmonar y renal, además de alteraciones en la visión, audición, lenguaje y memoria, afecciones que permanecerán de por vida, existiendo además el riesgo de que una gestante padezca problemas de hipertensión y preeclampsia poniendo en riesgo la vida de la mujer gestante y del feto en desarrollo.

Existen otros métodos como la electrólisis o extractos de plantas, ya usados en otros países, para no poner en riesgo la vida de todos por culpa del mercurio, no vaya a ser que, como el rey Midas, por tener oro nos quedemos sin comida ni bebida; al abrazar a su hija hizo que ella se convirtiera en una estatua de oro.

Cecilia Vargas es médica.



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