Aclarando algunas inquietudes ciudadanas

Se han producido cinco circunstancias que están moviendo el proceso electoral, más allá de los cálculos. No responden a una planificación ni una definición orgánica, sin embargo, pueden/están empezando a ejercer influencias sobre la narrativa, el imaginario y la acción.

1. Aparición de Marcelo Claure y la presencia todavía indefinible que puede llegar a tener. Sus encuestas y declaraciones están dejando de ser ingenuas y ya producen cambios en el comportamiento mediático.

2. Las renuncias de Rubén Costas y Carlos Mesa a sus aspiraciones presidenciales, frente a la tozudez de 21 pre candidatos, alguno de ellos sin mucho respaldo para su entusiasmo.

3. Turismo y cohesión Social. El 26 de diciembre 2024 se conoció que Bolivia, sin que hubiera realizado absolutamente ninguna acción, al contrario por los bloqueos, ha sido calificada en el lugar número siete entre 75 países del mundo, como “destino privilegiado para la tranquilidad y el sosiego, por el porcentaje de áreas protegidas, la cobertura forestal, la densidad de población, la baja contaminación acústica y lumínica, la tranquilidad y las experiencias totales de bienestar”. Los primeros 10 destinos: Mongolia, Australia, Namibia, Islandia, Canadá, Botsuana, Bolivia, Argentina, Finlandia y Noruega.

El año 2024 ingresaron 984.000 turistas, lo que generó 736 millones de dólares. En Bolivia pueden ingresar 3.500 millones de dólares al año si nos ponemos de acuerdo.

4. La firma del Acuerdo de Unidad, integrado hoy por seis líderes que abren una dinámica diferente a la búsqueda de consensos responsables. Amparo Ballivián, Luis Fernando Camacho, Vicente Cuellar, Samuel Doria Medina, Carlos Mesa y Tuto Quiroga aceptan dificultosamente las dificultades, y sabiendo que otros candidatos seguirán individualmente, tratan de superar sus desencuentros, buscando una solución a la crisis de liderazgo y del sistema de partidos.

5. El encuentro realizado el 4 de febrero con el nombre “Liderazgo para un nuevo ciclo”, organizado por Carola Capra, de Nueva Economía, Pedro Rivero, de El Deber y Daniel Sánchez, de radio Panamericana, empezó a recuperar el espacio para el debate ciudadano, proscrito y chantajeado por el poder del MAS durante los últimos 20 años.

El uso de las encuestas y el modo de formular las preguntas, pueden generar orientación forzada sobre la ciudadanía. "Dicen" algunas encuestas que el electorado prefiere/espera rostros distintos, candidatos jóvenes, personas que no tengan antecedentes negativos, sin que aún aparezca el "candidato ideal".

Hay 21 pre candidatos que se asumen no masista. Y se sabe de tres nombres más que están por aparecer en estos días. De entre ellos, seis han decidido buscar la selección mediante una gran encuesta concertada, mientras los demás continúan de manera independiente. Y aunque todavía mantienen diferencias, las seis candidaturas de la Unidad, reiteran públicamente el compromiso que respetarán el resultado de la encuesta. Mientras, en el MAS, aparecen cinco tendencias electorales (Arce, Evo, Andrónico, Choquehuanca y Copa).

¿Influirá la edad de los candidatos para establecer preferencia? La respuesta inicial es no, pues nadie ha apelado a ella como variable de diferenciación.

En nuestra historia tuvimos “jóvenes y sin experiencia” cuando ingresaron a la función pública, Germán Busch tenía 33 años; Andrés Ibáñez, 30; Luis Sandoval Morón, 24; José Ortiz Mercado, 27; Antonio José de Sucre, 30, Oscar Barbery Justiniano, 21, Roly Aguilera, 29; Jerjes Justiniano, 29, Ñuflo Chávez Ortiz, 29...

Por el contrario, Víctor Paz Estenssoro tenía 77 años cuando ingresó a su último mandato, Banzer, 71, Salamanca, 61, Walter Guevara, 67, Hernán Siles, 69.

Entre los candidatos no masistas, Rodrigo Paz tiene 57 años. Chi, 54. Samuel, 66. Tuto, 64. Amparo, 65. Soliz, 53. Branko, 57. Manfred, 69. De los pre candidatos masistas: Andrónico, 36 años; Eva Copa, 37. Arce, 61. Choquehuanca, 63.

El electorado boliviano por la estructura corporativa de la sociedad, es predecible y conservador en el momento de decidir, lo que hace prever que no habrá sorpresas fuera de las tendencias ya identificadas, existiendo, además, un tiempo cada vez más mezquino para ello. Por ello, las cinco circunstancias señaladas salen del patrón de comportamientos tradicionales.