La Paz, 05 de noviembre de 2024
Una ciudad no debería ser un lugar hostil para una mujer, sino equitativa, pues si una de ellas parte de su casa al trabajo o a su lugar de estudio sintiendo inseguridad, es muy probable que una experiencia indeseada la desmotive en sus tareas.
Caminar por la ciudad no debería representar inseguridad o miedo para las mujeres.
Visión Sostenible |6|11|22|
El nuevo informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado "Ciudades vivas: Diseñar ciudades que funcionen" afirma que el modelo idóneo de una urbe debe considerar la posición y percepción de las mujeres. Es así que este factor podría impulsar la seguridad y el bienestar común en áreas urbanas.
El primer paso para que un individuo rinda adecuadamente en todos los aspectos de su vida se origina, principalmente, en su espacio de socialización. Como ejemplos, el documento relata experiencias sobre el peligro que representa para mujeres y niñas transitar en la ciudad. En sus testimonios declaran haber sufrido acoso sexual, discriminación y violencia más de una vez.
Se debe tomar en cuenta que trabajar en proyectos sobre y con equidad permite que no solo mujeres, sino también hombres perciban el espacio como un lugar seguro. Las circunstancias y el contexto son tomados a consideración, para establecer acciones concretas que ofrecen a las personas las condiciones justas para desenvolverse en la sociedad con más seguridad y confianza.
Francine Pickup, la directora interina de la oficina de Políticas y Apoyo a programas del PNUD, explica que las ciudades no se han diseñado teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres, ya que deberían "reflejar la diversidad" de su entorno, en lugar de simplemente tener una imagen atractiva (Opinión, 24 de octubre, 2022).
Las ciudades deben tener en cuenta que las mujeres y niñas tienen necesidades diferentes y las mismas deben ser cubiertas de manera responsable. Si una de ellas parte de su casa al trabajo o a su lugar de estudio sintiendo inseguridad, es muy probable que una experiencia indeseada en el trayecto las desmotive o las distraiga de sus tareas. Es decir, la seguridad de los individuos garantiza un mejor avance y la falta de ella genera un espacio hostil, donde no se obtienen los resultados esperados.
Sin embargo, esto no se puede lograr sin el apoyo de políticas públicas y ayuda del sector privado. La experta insta a que se tome en cuenta a más mujeres en puestos de poder que puedan incluir testimonios y monitoreen las soluciones.
El acoso sexual, los chiflidos y “piropos” son un tipo de violencia que las mujeres experimentan y que sigue ocurriendo sin ninguna consecuencia para quienes lo generan. Caminar por tu zona o por tu ciudad no debería representar inseguridad o miedo. Sin embargo, es una acción cotidiana que para muchas mujeres significa peligro.