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Sostenibilidad | 17/10/2022   06:11

Opinión - Pensar en común y el paradigma del éxito

Según la autora, para lograr el éxito hoy se necesita un nuevo paradigma del éxito; se debe trabajar en comunidad, viendo el impacto hombre-comunidad-naturaleza y con un nuevo IDH, al que se debería agregar el término “Medioambiente” (IDHM).

Hoy se debe trabajar considerando el impacto hombre-comunidad-naturaleza.

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Por Silvia Quevedo*

A través de la historia, el hombre necesitó asociarse de diferentes maneras desde la época primitiva para el beneficio de sus objetivos y lograr los medios de subsistencia que, en ese entonces, eran principalmente la alimentación y la convivencia social. En tal sentido, la asociatividad tiene sus orígenes desde el momento mismo que el hombre tuvo necesidades que responder.

Desde el individualismo, el ser exitoso se mide solo en base al dinero, la influencia social, la productividad, y en muchos países se ha dejado de lado el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como la base del éxito por un mercantilismo extremo que ha separado al ser humano del desarrollo, y de forma más dramática de la naturaleza y el medioambiente.

El IDH es una medida sinóptica. Mide los adelantos medios de un país en tres aspectos básicos: una vida larga y saludable, medida por la esperanza de vida al nacer.

En el presente, estamos en crisis y este individualismo ya no es una respuesta para lograr el éxito; es necesario un nuevo paradigma del éxito. Debemos trabajar en comunidad, viendo el impacto hombre-comunidad-naturaleza, y esto con un nuevo índice que no existe y debería llamarse “Índice de Desarrollo Humano y Medioambiente” (IDHM).

Lo que hay es un indicador del efecto del desarrollo sobre el planeta, teniendo en cuenta las emisiones de dióxido de carbono y la huella material de los países (el uso de los recursos naturales), según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); pero no habla de los animales vivos que están en la explotación de esos recursos naturales.

La asociatividad es un proceso bastante complejo que abarca una considerable gama de posibilidades, pero siempre persigue como objetivo fundamental unir fuerzas para alcanzar el éxito conjunto.

Las crisis nos unen. La Organización de las Naciones Unidas se formó para aspirar a la paz y evitar las guerras, está conformada por 189 países, con personal de más de 170 países y oficinas en más de 130 localidades. La Depresión impulsó la formación de los bancos más grandes para apoyar al desarrollo; claro ejemplo es el Banco Mundial, una asociación única: las cinco instituciones que lo integran trabajan para reducir la pobreza y generar prosperidad compartida en los países en desarrollo.

La asociatividad empresarial surge con base en la necesidad de crecimiento, desarrollo y oportunidades para las pequeñas y medianas empresas, frente a un mundo globalizado en el cual cada día resulta más difícil mantener la competitividad y desarrollo sostenible de las mismas. Asociatividad empresarial resulta en mejorar los niveles de competitividad de las empresas reduce costos y permite un intercambio continuo de conocimientos, lo que favorece los buenos resultados.

La asociatividad y el cooperativismo son instrumentos que permiten a las personas, comunidades y grupos de trabajo lograr el bien común por medio de la participación, la colaboración y la solidaridad.

La asociatividad es un buen modelo de desarrollo, pero incorporando el paradigma del IDHM. Y esto se puede dar a través de la tecnología, pues ahora podemos volver a los orígenes del hombre, cuando trabajaba en beneficio colectivo. Gracias a la globalización y al uso de la tecnología, lo que hace ahora un grupo para tener crecimiento económico impacta a su país en primera instancia y a nivel global si tienen éxito. Lo que nos falta, vuelvo a recalcar, es considerar como condición al Índice de Desarrollo Humano y Medioambiente, para que estemos en equilibrio hombre-sociedad-naturaleza.

Es una utopía que se puede empezar. La Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia (Camebol) es una UTOPÍA, porque busca el crecimiento económico y empresarial en conjunto para las mujeres emprendedoras y empresarias de las regiones y de Bolivia, además de fomentar que este crecimiento sea a través del menor impacto a la naturaleza. ¿De qué nos sirven los grupos empresariales que se enriquecen para beneficio propio y no colectivo, y peor con un impacto negativo en la naturaleza entendida con todos sus seres vivos? ¿De qué nos sirve?

*Es fundadora y miembro de la comisión de Logística de la Asociación de Mujeres Especialistas en Comercio Exterior (Amecomex) Bolivia. Gerente AG Logistics SRL, representante de SALMA Red Estratégica de negocios entre Latinoamérica y África, representante de Cámara Internacional de Emprendedores, economista agrícola, master en Comercio Exterior, presidenta de CAMEBOL Nacional y filial Santa Cruz, presidenta de G100 Global Networking y embajadora RIMEL.