La industria vitivinícola muestra resiliencia en medio de la pandemia. La Concepción lanzó su primer vino con etiqueta Estate Grown, un BIvarietal que busca hacerse cómplice de los pocos, pero valiosos reencuentros.
Plantaciones de uva. Foto: Concepción
Brújula Digital|15|11|21|
Estate grown. El término no es conocido por muchos, pero sí por los amantes del buen vino. Se trata de un concepto central para quienes trabajan uvas propias. Estate Grown significa que las uvas empleadas para un vino fueron cultivadas por la bodega; que no se compró ni uva ni vino para hacer ese producto.
Así, mientras muchas bodegas no cuentan con viñedos propios, otras se enfocan con primor en trabajar sólo uvas propias y esa es la diferencia que encierra el concepto de Estate Grown. Estos vinos tienen un plus que queda sólido en el trasfondo de la preferencia de quienes los prefieren, porque saben que, si se controla la producción de uvas, con sus rendimientos, manejo del follaje, suelo y punto ideal de madurez, se elabora con precisión.
Hace algunos días, Bodegas y Viñedos La Concepción presentó al mercado un nuevo producto que lleva Estate Grown en su etiqueta, su nombre: Cómplice, un blend 60% Tannat y 40% Cabernet Franc, hecho con uvas cultivadas a más de 1.850 msnm. Un auténtico vino BIvarietal. Sin embargo, aunque es el primero en llevar esa denominación inscrita en su presentación, todos los vinos de esta bodega tienen la característica que en los últimos años comenzó a ser reconocida por los expertos.
“En la actualidad, Estate se usa cada vez más en el mundo del vino para afirmar el trabajo sobre calidad. Muchas grandes y reconocidas compañías están cambiando sus etiquetas a la denominación Estate Grown, para realzar no sólo que el producto viene de un viñedo de mucha historia, sino que se trata de un producto único”, explica el gerente de Marketing de Bodegas y Viñedos de La Concepción, Alejandro Escobar.
Bolivia se caracteriza por la producción de vinos de altura, con uva procedente sobre todo de viñedos ubicados en Tarija. Muchos de ellos proveen materia prima a las bodegas grandes y pequeñas que luego se encargan del proceso de elaboración de vinos de toda variedad. Cabe señalar que no todos los vinos hechos en Bolivia cuentan con la característica Estate Grown, pese a contar con una cadena productiva cuyas características podrían prestarse para ello.
La estructura de la industria vitivinícola se encuentra altamente integrada al sur de Bolivia y dividida en los departamentos La Paz (en el municipio de Luribay), Cochabamba (en la provincia de Mizque), Tarija (en sus valles como los de Cinti, Chaguaya, Chocloca, Colón, Santa Ana, Calamuchita, Angostura, Concepción, la Compañía de Jesús, Huayriguana, San Luis y San José), además de los Cintis de Chuquisaca. La superficie de viñedos en el país es de aproximadamente 2.930 hectáreas; de ellas el 52% se destina a la elaboración de vino, el resto es va a la producción de singani y consumo de la fruta.
De acuerdo con un estudio de mercado publicado en 2016 por la Autoridad de Fiscalización de Empresas (AEMP), la producción de vino en Bolivia tiene muchos años de historia. Todo comenzó con la llegada de españoles y portugueses al final del siglo XV. Las primeras plantaciones de vid se hicieron en Mizque, Cochabamba, y el año 1584 el cultivo llegó a Tarija. El cultivo de uva en Bolivia se realiza entre los 1.700 y 2.400 msnm, a esta altura la uva gana riqueza aromática debido a una exposición más intensa a los rayos ultravioleta.
Con sus casi 35 años de historia, Bogedas & Viñedos La Concepción logró estrechar una relación con el consumidor boliviano y conoce que busca una conexión con el vino que disfruta, crea una ocasión de consumo y valora la calidad del producto. Por ello, puso en su primer estate grown definido como tal, todas las características que son más buscadas por los enófilos bolivianos. En ese sentido, se trata de un vino de color rojo púrpura intenso, limpio y brillante; en nariz evoca frutos rojos maduros y especias resaltando frambuesa, ciruela, casis y café; en boca equilibrado y elegante, frutado y voluminoso.
Con Cómplice el concepto estate grown irrumpe en el mercado boliviano, lo cual es una excelente señal para la reactivación económica. Sin embargo, no todo son buenas noticias para la industria vitivinícola boliviana, ya que si bien el consumo aumentó durante el confinamiento por el Covid-19, tanto entre los bolivianos como en el exterior, la crisis económica amenaza también la rentabilidad del sector.
BD