Un dirigente dice que la caminata fue iniciada por alrededor de un millar de personas y esperan llegar en 10 días. Rechazan los abusos de los efectivos de la FTC y también piden la salida de los uniformados.
Brújula Digital|27|08|18.-
Mujeres cocaleras de La Asunta iniciaron este lunes una marcha de protesta hacia la ciudad de La Paz en rechazo a los presuntos abusos de los efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y en demanda de la salida de estos uniformados de la zona porque erradican coca que para ellas significa su supervivencia. La caminata comenzó pasado el mediodía.
“La marcha es para que se respete el derecho de las mujeres, de los niños y el derecho de vivir, de qué vamos a vivir si nos van a quitar la hoja de coca”, manifestó Rafa Sánchez, de la Federación de Mujeres de La Asunta, de acuerdo con un reporte de la red Erbol.
El ejecutivo del Consejo de Federaciones Campesinas de Los Yungas (Cofecay), Tito Flores, en contacto con radio Compañera, informó que “entre 1.000 a 1.500 hermanos y hermanas productores de la coca están participando de la marcha y en el camino se van a sumar otros compañeros para llegar en aproximadamente entre ocho a 10 días a La Paz”.
Sánchez explicó que la decisión de marchar a La Paz se determinó en el cabildo realizado el domingo en La Asunta, donde se presentaron denuncias de presuntos abusos que cometen los uniformados de las fuerzas de erradicación de cocales en la zona.
Explicó que posiblemente la marcha empezó con pocas mujeres, pero se espera que la misma se vaya nutriendo a lo largo de la caminata, con esposas de los cocaleros de las provincias Nor y Sud Yungas, además de Inquisivi, del trópico paceño.
Manifestó que con la erradicación de cocales se pretende quitar a los asunteños su medio de sustento para sus familias, que es la producción de coca.
El pasado viernes, el Gobierno denunció que un grupo irregular emboscó con armas de fuego a las fuerzas de erradicación provocando la muerte del teniente Daynor Sandoval Ortiz y dejó heridos a otros siete efectivos. La Policía acusó a los principales dirigentes y sus operadores como los autores intelectuales del fallecimiento y supuesta emboscada a los uniformados.