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El Tejo | 29/07/2019

Voto en tiempos de incertidumbre.

Juan Cristóbal Soruco
Juan Cristóbal Soruco
El pasado 19 de julio se presentaron las listas de candidatos, hombres y mujeres, a la Asamblea Legislativa Plurinacional, lo que nos obliga, para definir nuestro voto, conocer a los postulantes a senadores y diputados; recordar cómo se los elige, y qué proponen. Por ahora concentrémonos en algunas recomendaciones (el orden de los factores no altera el resultado) que pueden ser útiles para conocerlos y recordar la forma de emitir nuestro voto.
Con la rapidez con la que el conductor del vehículo detrás del suyo toca bocina cuando el semáforo pasa de rojo a verde, surgieron las críticas a los candidatos y a los partidos que los seleccionaron, y muy pocos comentarios positivos. Esto dificulta establecer un perfil apropiado de los postulantes. Para superar esta situación, una acción útil es saber quién es el autor, mujer u hombre, que hace los comentarios. Averiguar, por ejemplo, si éste ambicionaba ser candidato o quería que su líder lo fuera, pero ninguno apareció en ninguna lista. O que se trate de una radical feminista que, no se sabe por qué razón, se siente con el derecho de vetar a quienes no piensan conforme a su secta, en forma muy similar a la manera en que descalifican los dirigentes y militantes del MAS a sus adversarios.

Luego, se debe tomar en cuenta cierta idiosincrasia nacional que, en este caso, se refleja en el hecho de que hasta la publicación de las listas muchos postulaban la necesidad de renovación de los actores políticos, pero, en cuanto aparece un joven postulante, se critica que se haya elegido a gente sin experiencia, y si aparece un veterano político, se critica la ambición desmedida de estos políticos que no quieren dejar de estar en el escenario público.

La filiación político/religiosa de quienes hacen los comentarios es otro dato importante. Aunque no se crea, hay resabios de viejas gestiones estatales, que tienen una gran responsabilidad por el fracaso del sistema político-partidario construido desde 1982, que muy sueltos de cuerpo quieren “orientar” la actividad política y exigen actuar con atributos que, cuando estaban en funciones, ni sabían que existían. O si quien comenta se identifica con alguno de los partidos en competición o, a la inversa, quien lo hace es camarada del candidato. Y abundan quienes confunden política con religión.

También aparecen quienes creen que la forma de sacar al MAS del poder no es con elecciones sino con fuerza y tratan de deslegitimar a todo y a todos (el problema, en este caso, es que confunden la guerrilla en las redes sociales con la guerra de verdad).

Otra sugerencia es estar convencido de que el hecho de que usted no conozca a los candidatos no significa que éstos sean desconocidos ni, a la inversa, creer que porque usted los conoce sean famosos.

Sobre la elección misma, hay candidatos que se eligen por plancha: a Presiente, Vicepresidente, Senador y Diputado plurinacional. Cuando marcamos nuestra preferencia por un determinado candidato presidencial, este voto incluye a los candidatos a senadores y diputados plurinominales –nos gusten o no–, y la distribución de los curules se realiza en forma proporcional.

Aparte elegimos al diputado uninominal del distrito donde vivimos (o nos hemos inscrito). En este caso, el ciudadano tiene la opción de elegir al candidato que presenta la fórmula presidencial a la que ha confiado su voto, o al candidato de otra fórmula (voto cruzado), y saldrá diputado el candidato que más votos tenga.

En fin, el desafío es conocer, por lo mínimo, el perfil de los postulantes a la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, de los candidatos a senadores y diputados de nuestro departamento, y de los candidatos uninominales en nuestro distrito.

En las elecciones del 20 de octubre próximo los ciudadanos tenemos, además, una importante tarea, conscientes de las mañas de los dirigentes del MAS: defender nuestro voto. Y esto significa realizar un riguroso seguimiento a la elaboración de las actas de votación el día de las elecciones, resistir cualquier intento de fraude o amedrentamiento, y verificar si el órgano electoral registra correctamente el resultado de la votación en nuestra mesa o recinto electoral.

Juan Cristóbal Soruco es periodista.



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