Los intelectuales orgánicos son la rosa
rozagante del jardín del pensamiento. Toda la fragancia para el deleite de los
suyos y todas las espinas para el malestar de los ajenos. ¿Cómo lo logran? Con
una operación mental de singular estrabismo: ver la paja en el ojo ajeno y no
la viga en el propio (ni con los propios). ¿Por qué lo hacen? Porque si el
poder encarna al pueblo (así sea sólo en idea y de dientes para afuera), se
trata del bien eucarístico; mientras los otros son el mal diabólico, pues
representan a esa minoría oligárquica, conservadora y antipatria –entonces se
vive el pensamiento como una guerra civil: nosotros vs los otros, no como una
cuestión de verdad y honestidad intelectual, esa es la hiedra de esa rosa
rozagante–.
Fernando Mayorga (FM) en su columna de La Razón del 1/1/2024 se detiene a reflexiona sobre la posibilidad de que se presente en nuestros lares un “Milei boliviano”. Lo primero que manifiesta es que ya se dio, y dos veces: fue el coreano Chi Hyun Chung en las elecciones de 2019 y luego Fernando Camacho, en lo que FM denomina el “golpe de Estado” de 2019 (evitando detenerse y auscultar el porqué de las masas en las calles). Pero sigamos caminando sobre su preciado tallo narrativo: habla sobre la “deriva autoritaria de Milei”, porque “presentó un decreto y una ley que, entre otras cosas, plantea que se deleguen facultades legislativas al presidente en asuntos económicos, sociales, financieros, fiscales, de seguridad y defensa, tarifarios, energéticos, sanitarios y sociales –durante dos años, prorrogables a cuatro–. Se trata de una inaudita concentración de poder en la figura presidencial que implica la eliminación de la división de poderes”.
Ahora viene lo bueno.
Fustiga a los “mileistas criollos” preguntándoles “¿Qué dicen ahora?” Y da otro pasito más estudiado y calculado: “Y si no les queda clara la deriva autoritaria de Milei, es suficiente imaginar lo siguiente: no habrá conflicto por la redistribución de escaños después del censo 2024 puesto que el presidente Arce definirá, mediante decreto, que en las elecciones de 2025 solamente se elegirán diputados uninominales para conformar el Órgano Legislativo. Es decir, una decisión presidencial redefine el sistema electoral y la representación política. ¿Qué tal?”.
¡Magistral! Se trata de un hermoso lance taurino. Y FM siente, con el capote por detrás del cuerpo y la banderilla en la diestra, que la lidia está terminada. Y que el toro “mileista” y sus adláteres bolivianos caerán por los suelos. Pero la verdad, en el asunto y la degradación institucional nacional, poco importan y nada tienen que ver los libertarios. En este grave asunto los que de verdad cuentan son los del pasado y el presente gobierno del MAS que, sin necesidad de decretos ni garabatillos normativos, han logrado alinear justicia y policía para que todas las decisiones presidenciales marchen como en un desfile militar.
Esta es la viga que no ve ni de la que quiere hablar.
Para taladrarla FM no toca su laúd. Pero seamos indulgentes, no lo hace no porque no vea la encanallada viga, sino porque es demasiado grotesca y evidente por sí misma. Absolutamente falta de dignidad. Sólo tiene tiempo y el brío del idioma para las filigranas argumentativas. Para mostrar en sus manos la rosa rozagante al poder que aplaude, que aplaude rabiosamente complacido desde el palco del Palacio.
César Rojas es sociólogo y comunicador social.