Es 100% seguro que si en los procesos
electorales venideros en Bolivia no se implementa la transmisión rápida de
votos se realizará un fraude electoral.
En la historia electoral boliviana reciente, la interrupción de la publicación rápida de votos en la página oficial del Órgano Electoral Plurinacional, denominada Transmisión de Resultados Electorales Preliminares TREP en las elecciones generales del año 2019, a partir de las 19:40 del domingo 20 de octubre, fue parte sustancial de la evidencia que demostró al pueblo boliviano que los votos estaban siendo manipulados a favor del Movimiento Al Socialismo MAS.
Nuevos vocales del TSE fueron nombrados para dirigir el proceso electoral del año 2020, debido a que los antiguos se encontraban detenidos y procesados penalmente por el fraude electoral del 2019. Salvador Romero, Presidente del TSE –al mismo tiempo el vocero oficial– anunció que el TREP (contratado a la empresa privada Viaciencia) era reemplazado por el Sistema de Difusión de Resultados Preliminares Direpre, “desde una base cero en Londres, a través de una compañía altamente especializada, la británica Reckon”.
El 10 de marzo del 2020, el TSE anuncia que “Direpre trabaja a partir de las fotografías de las actas enviadas desde los recintos” y que ofrece cuatro innovaciones para fortalecer su seguridad y transparencia: Nuevo programa informático de propiedad del organismo electoral; el TSE tendrá la administración completa de DIREPRE; difusión constante de los resultados en tiempo real y difusión ininterrumpida de datos.
Por el tema de la pandemia y los conflictos que aquejaron al gobierno de transición de Jeanine Añez, las elecciones se realizaron el 18 de octubre de 2020.
Seis días antes de las elecciones generales, Salvador Romero afirmó que el “Direpre no contendrá fotografías de las actas electorales”, es decir, el TSE en boca de su Presidente, ofrecía al país un sistema nuevo de conteo rápido pero inferior en calidad y seguridad que el viejo TREP, que sí contenía fotografías de las actas. Para confundir a la opinión pública se afirmó que las fotografías de las actas oficiales deberían ser consultadas en la base del conteo oficial. Todos sabemos que el cómputo oficial dura hasta siete días y que las actas alojadas en esta base de datos pueden objeto de falsificación, ver informe de la OEA y la Unión Europea sobre el fraude del 2019.
Si precisamente, se demanda y se utiliza el conteo rápido con fotografías de las actas emitidas en las mesas de sufragio con los datos “frescos y reales” del voto ciudadano, es para evitar que en el camino esas actas o los datos de las mismas sean manipulados, modificados, reemplazados o eliminados.
Un día antes de las elecciones, el 17 de octubre de 2020, Salvador Romero anunció que se suspendía el Direpre: “El TSE realizó pruebas y simulacros en las últimas semanas del Direpre y que dichos resultados, no permiten tener la seguridad de la difusión completa de los datos que le ofrezcan "certidumbre" al país”.
El TSE incumplió con resolver el problema de contar con un sistema rápido de transmisión de datos que permitiera contrastar las actas emitidas en las mesas electorales con el recuento oficial de votos, lo que cierra la brecha del fraude electoral. Es más, su nuevo sistema, con contratación internacional de por medio, fue una involución tecnológica imperdonable, a menos que hubiese sido intencional para dar continuidad a la manipulación de la voluntad popular expresada en el voto ciudadano.
Mientras el TSE no dé una explicación seria y creíble del fracaso del Direpre, tengo el derecho de expresar mi desconfianza hacia los actuales vocales y de pensar que en el proceso electoral del 2020 y del 2021, se hizo fraude como en el 2019. Sólo que en estas dos oportunidades, el TSE “apago la luz”, “eliminó al testigo mudo”, “corto el mecanismo de comparación de resultados (rápido y oficial)” para generar un triunfo fraudulento de Luis Arce.
En las elecciones del 2020 hubo irregularidades, indicios de fraude, denuncias y sistematizaciones de anomalías que fueron ignoradas o tuvieron deficientes repercusiones.
Meses después, para el proceso electoral subnacional del 2021, el Conade solicitó reiteradamente la puesta en funcionamiento del Direpre y el TSE nunca respondió.
Bolivia ingresa a cuatro procesos electorales: elecciones judiciales el año 2024, elecciones primarias de convocatoria incierta, elecciones generales y elecciones subnacionales, por el bien de la democracia deben habilitarse y funcionar los sistemas de transmisión rápida de datos en base a fotografías de las actas emitidas en los recitos electorales. Es nuestro deber ciudadano exigir este mecanismo para evitar la manipulación del voto del soberano.