Albert Camus, cuando aceptó el Premio Nobel de Literatura, reflexionó sobre los tiempos que estaba viviendo, con una hondura y universalidad digna de ser recordada. Hoy, sobre todo en este hoy que toma la coloración sombría en la que siempre parece refulgir nuestro país, ¿qué dice el autor de “El hombre rebelde” y “La peste”? “Hoy todo ha cambiado y hasta el silencio toma un sentido peligroso. A partir del momento en que abstenerse de elegir se considera una elección en sí misma, castigada o elogiada como tal, el artista, quiera o no, se embarca. Embarcado me parece más correcto que comprometido. Para el artista no se trata, en efecto, de un compromiso voluntario, sino más bien de un servicio militar obligatorio. Todo artista hoy se compromete con las galeras de su tiempo”.
Gisela Derpic (GD), en su reciente columna “Es hora de bajar del burro” (Brújula Digital, 27|05|24), nos recuerda que, en una anterior, “Atando cabos”, llamó la atención sobre las “señales del hundimiento del país en una debacle general de consumación en cámara lenta con nosotros aclimatándonos rumbo a cocinarnos” y que tanto Evo Morales como Luis Arce, “son iguales, gemelos engendrados por la misma semilla y paridos por la misma madre: el socialismo del siglo XXI”. Y hace un llamado urgente a organizarnos, a denunciar el sistema electoral vigente, “porque lo tienen del cuello”.
GD tiene triple razón: nos hundimos, Morales y Arce son gemelos y nuestro sistema electoral no es confiable. Y si esto es así, y lo es de pies a cabeza, “hasta el silencio toma un sentido peligroso”, pues tiene un indudable sentido de complicidad. Estamos en medio de un mar turbulento y embarcamos a la fuerza en las galeras nuestro tiempo. Ahí estamos y tenemos que hacernos cargo si no queremos coadyuvar con nuestro silencio en el hundimiento nacional que se avecina. Y toca hacer un servicio de rebeldía obligatorio: criticar, denunciar, pero hacerlo sin cavilaciones ni manierismos. Salir de la espiral del silencio –en la que nos conminamos a callar, mientras cedemos a los responsables del hundimiento, la tribuna y la voz– para apuntalar y motorizar la espiral de la palabra. Y resonando con el poeta Eliodoro Aillón Terán, decir a los cuatro vientos, “Ciudadanos del mundo / en nombre de mi patria, pido la palabra”.
César Rojas es comunicador social y sociólogo.