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Intensamente | 04/08/2023

Mirar incompleto

Carlos Hugo Laruta
Carlos Hugo Laruta

Es para Brújula Digital una satisfacción contar desde la fecha con las columnas de Carlos Hugo Laruta, reconocido sociólogo y analista nacional.

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De entrada, remarco que espero no estar entre quienes tienen miradas incompletas. Pero sé que algunos se empecinan en ello y postulan que Santa Cruz es un mundo vacío donde puede llegarse con espíritu de colonizador. Olvidan que ahí ya hay un modelo de desarrollo que funciona, una identidad regional construida y una realidad ciudadana que no puede ser atropellada por un Estado que se pretende democrático.

1. Las dos hermanas que vienen de 1952

Puede decirse que, en Bolivia, la Revolución Nacional de 1952 gestó el nacimiento y desarrollo de dos sociedades civiles, una más grande y otra aun pequeña, dos hermanas gemelas, que desde ese entonces se confrontaron en la política buscando orientar y dirigir la construcción del país compartido. Ambas crecieron entre 1960 y hoy. Pero su tamaño y densidad cambiaron en las siete décadas transcurridas. Una hermana envejeció y la otra entró a su plena juventud.

La sociedad civil “grande” es la  ciudadanía corporativa agrupada en sindicatos: en la COB, los colonizadores, la CSUTCB, y las fejuves urbanas. Creció, desarrolló y a inicios del siglo XXI reagrupó sus fuerzas en el Instrumento por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) que dio origen al MAS-IPSP. Este se apropió de la Constituyente y diseñó el Estado Plurinacional en sintonía con los excesos ideológicos de un marxismo decadente que reemplazó su sujeto histórico “obrero” por el “campesino/indígena”. Al iniciar esta centuria, el sindicato se convirtió en la hermana conservadora y autoritaria. He aquí el poder de las masas del MAS-IPSP. He aquí el poder del Estado Plurinacional.

La otra hermana gemela nació pequeña en 1952. Creció y se fortaleció en el mismo vientre estatal que los sindicatos, pero fue adquiriendo vigor gradualmente al mismo paso que desarrollaba el oriente boliviano y crecían las ciudades. Sus convicciones y forma de ser eran diferentes, pues valoraba los derechos individuales y entendía a la autoridad estatal como Estado de Derecho. Fue floreciendo junto al emprendimiento y la iniciativa económica individual masiva.

Y cuando en la Constituyente de 2006 aparecieron los excesos indigenistas y autoritarios de su hermana plurinacional que envejecía, la ya fuerte sociedad civil oriental y urbana del resto del país postuló el Estado Autonómico. Finalmente, cuando en 2022 la hermana joven pidió un censo transparente, una distribución justa de la platita de todos y de los diputados por departamento, el gobierno de los sindicatos la despreció olímpicamente. Casi llegando a un cuarto del siglo actual, noviembre de 2022, se oyó la señal que se acababa el tiempo de la hermana envejecida y abusiva del 52 y que la hermana joven proponía un nuevo tipo de Estado para el siglo XXI.

2. La “vía junker” y la “vía farmer”

El eje del desarrollo cruceño es la agroindustria rural-urbana (soya, sorgo, maíz, girasol, carne, lácteos y otros), conectada con las finanzas y el comercio interno y de exportación. ¿Capitalista? Si, 100%. La economía plural del departamento (la comunitaria de las TCO, la social de las cooperativas y otras) está soldada a la poderosa economía privada empresarial. No hay medias tintas. O eres claramente capitalista o no eres nada. La “vía junker” (de grandes extensiones de tierra) fue exitosa y se consolidó. Por eso es que hoy los avasalladores organizados por el gobierno pretenden atacar el corazón de este modelo.

En La Paz-El Alto, Oruro, Potosí, Chuquisaca, ¿cuál es el modelo de desarrollo? ¿Se tiene algo semejante al modelo cruceño? No. Solo son visibles acciones de abandono y depredación. Su economía plural tiene varios rubros poco articulados. La economía privada empresarial es cada vez más pequeña pues prefiere irse a Santa Cruz; la social cooperativa (el CEIBO y otras) avanza a tientas y la enorme economía campesina y de valles produce para el mercado de las ciudades en terribles condiciones de desventaja y casi sin apoyo estatal. Y, entonces, abundan el comercio informal y la depredación del oro y otros minerales.

Es decir, en el occidente no hay un modelo claro, solo un mundo de actividades con forma de archipiélago de islas desconectadas o mal conectadas. Y esto no construye los suficientes puentes económicos y genera muros, pobreza y aislamiento. No hay una clara locomotora del tren. Hay varias locomotoras de distinto tamaño y lo peor es que algunas, como la de las empresas estatales, van en rumbo contrarios a la sensatez, son ineficientes y solo sirven para dar pegas a los del partido que sabemos. Así, la “vía farmer” (de la pequeña propiedad agraria) no logró consolidarse y, por sus argucias comunitarias, se resiste a articularse claramente al capitalismo.

Desde el gobierno se mira al país de modo incompleto, enfatizando a occidente y buscando dañar al oriente. Parece urgente buscar una mirada completa del país, que valore las potencialidades de ambas regiones geográficas, señale sus limitaciones y proyecte a Bolivia con claridad hacia 2025.

Carlos Hugo Laruta es sociólogo y docente investigador de la UMSA.



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