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Intensamente | 21/12/2024

Los dos electorados básicos y la gran yapa

Carlos Hugo Laruta
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Hace ya dos décadas, probablemente desde 2005, existe en Bolivia una base electoral dividida en dos grandes partes (de 40% para cada una), y una tercera porción que hemos llamado “yapa” (aproximadamente 20%): 1) la poderosa base electoral del MAS, 2) la también poderosa base electoral de la oposición democrática, y 3) la yapa de los que algún técnico llamó “los ni-nis” de en medio que, como pudo verse en el referéndum de 2016, fue saliendo lentamente de la fuerte influencia ideológica masista.

Asimismo, cada una de estas dos grandes bases electorales expresa también una cualidad ciudadana relativamente diferente. Así, el electorado masista (de izquierda marxista y con fuertes referencias etnicistas) esta masivamente compuesta por lo que en sociología y ciencia política se llama “ciudadanía de parroquia o corporativista”, es decir que la muchedumbre esta intermediada por lo que digan y piensen los dirigentes sindicales radicalizados. La otra parte enorme del electorado, a 2024, encima del 40%, está asentado en una “ciudadanía individual y democrática”, fuertemente marcada por las ideas de libertad, igualdad y justicia. Y, finalmente, el 20% restante combina su ciudadanía individual con su pertenencia a algún sindicato o agrupación corporativa y actúa de modo oscilante según la coyuntura.

A este 2024 y en vísperas ya de la próxima elección nacional de agosto de 2025, esas tres bases electorales han sufrido algunos cambios, aunque no parece haber una modificación substancial a sus características ideológicas centrales. Veamos:

1. La base electoral masista

La base electoral masista aparenta estar dividida en dos, una parte que apoya a Evo Morales y la otra a Luis Arce. Y tiene dos posibles destinos hasta la elección: 1) La huida de Evo al exterior (superdeseada en este momento por un tal Tilín), y el abandono de sus huestes de campesinos y colonizadores collas, que cuando menos en una mitad terminarían votando por Arce y la otra mitad dividiéndose entre el voto blanco y el voto a algún candidato radical del comunismo o del indianismo. Un candidato que represente al evismo podría ser Andrónico. 2) En esta posibilidad, Arce a duras penas llegaría a un 20% de apoyo porque el MAS iría separado.

Habrá, por lo tanto, que tener precaución pues numéricamente al masismo le convendría ir separado en dos frentes para después de la elección juntarse e intentar seguir gobernando el país por otros 20 años. El único factor no medible por ahora es el impacto de la grave crisis económica sobre esta amplia base electoral del MAS.

2. La base electoral democrática

La base electoral ciudadana individualizada está representada por Unidad Nacional (Samuel), Comunidad Ciudadana (Mesa), Creemos (Camacho), los demócratas de Rubén Costas, Tuto y otros líderes menores.

Por las características propias de la sociedad y la ciudadanía electoral boliviana, la mayor proporción de este electorado tiene ideas del centro democrático, que unifica la idea de libertad con la idea de justicia social. Y la proporción menor restante comulga con ideas de la derecha libertaria y radical.

Por eso, en este momento, es un acierto político la unión de los cuatro representantes de la oposición democrática: Samuel, Mesa, Camacho y Tuto. Si esta unidad se mantiene, podría ratificar el 40% de apoyo electoral que representa. El gran daño a la unidad y a la viabilidad de Bolivia como Estado democrático provendría de la fractura de esta unidad o la presencia de alguno que ingenuamente se crea una especie de predestinado histórico (Manfred).

3. La base electoral de la yapa

Este 20% está compuesto hoy por jóvenes sobre todo urbanos que probablemente comparten la ciudadanía corporativista (la de gremio o sindicato) con la ciudadanía individual de fuertes raíces democráticas.

Los últimos 20 años de gobierno, de un inicial apoyo al MAS hasta 2016 (con su modelo de Estado y su modelo económico), este 20% de los ni-nis transitó lentamente hacia la comprensión de que si se quiere construir un país democrático y de oportunidades se debe cambiar de gobierno y de modelo de economía extractivista. Este electorado, que no por ser yapa es poco importante, probablemente decida la victoria electoral en agosto de 2025. Habrá que conocer bien su situación y entender sus esperanzas.

Carlos Hugo Laruta es sociólogo y docente investigador de la UMSA.



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