Coca-Cola_1000x155
Coca-Cola_1000x155
BrujulaDigital_BannerWeb_DPF-1000x155
BrujulaDigital_BannerWeb_DPF-1000x155
21/06/2024
Oveja Negra

Las “epistemes” de los ciclos democráticos en Bolivia

Eduardo Leaño
Eduardo Leaño

Las palabras y las cosas es una obra fundamental del destacado filósofo francés Michel Foucault. Allí, Foucault introduce el concepto de “episteme” para referirse a las estructuras subyacentes de conocimiento y pensamiento que determinan qué es considerado conocimiento válido, cómo se organiza y cómo se percibe la realidad en una determinada época. La “episteme” actúa como un marco invisible que moldea y limita las formas de pensar y conocer un periodo histórico. El filósofo identifica tres “epistemes” en la historia occidental: primero, la “episteme” del renacimiento, época donde el conocimiento se obtenía a través de descubrir y organizar similitudes y analogías; segundo, la “episteme” clásica (siglo XVII y XVIII), periodo donde el conocimiento se estructura en categorías y taxonomías claras, se desarrolla una metodología científica rigurosa basada en la observación y la experimentación; y, finalmente, la “episteme” moderna (siglo XIX hasta la actualidad), el conocimiento se centraliza en la historicidad y la evolución del ser humano.

Aquellas ideas son la base para llevar adelante una revisión de las “epistemes” democráticas que dominaron el pensamiento político en Bolivia. A lo largo de nuestra historia republicana es posible identificar los siguientes ciclos democráticos: la democracia oligárquica (1880- 1934), la democracia popular (1952-1964), la democracia pactada (1985-2002) y la democracia intercultural (2009 en adelante). Considerando estos periodos, describiremos la “episteme” de estos ciclos democráticos: la forma en que se organiza y percibe la política.

Democracia oligárquica. Los rasgos que distinguen la “episteme” de este ciclo son: a) concentración del poder, el poder político se concentra en manos de una pequeña élite de familias poderosas, terratenientes y empresarios; b) exclusión social, mujeres e indígenas relegados de la participación política; c) restricción del sufragio, el voto está restringido solo a las clases altas y medias; d) ideología de superioridad, la élite justificaba su dominio mediante ideologías que promueven una supuesta superioridad racial, cultural o moral. Esta “episteme” refleja una estructura de poder y conocimiento que favorece a una élite y perpetua la exclusión y desigualdad.

Democracia popular. Emergió con la Revolución de 1952; su “episteme” implicó un cambio radical en la estructura del conocimiento. Los principales rasgos de esta “episteme” son: a) sufragio universal, la implementación de esta medida permitió que mujeres e indígenas se incorporen en la vida política; b) organización y movilización social, el movimiento obrero, especialmente los mineros, se convirtieron en actores políticos fundamentales en las decisiones del gobierno; c) ideología revolucionaria, la legitimidad de la democracia popular se basaba en una ideología revolucionaria que promovía la justicia social, la equidad y la integración de todos los sectores sociales; y d) discurso de inclusión, enfatizaba la inclusión y la participación popular como pilares de la democracia. La “episteme” de la democracia popular se caracterizó por la inclusión social y política.

Democracia pactada. La “episteme” de la democracia pactada estaba fundamentada en la negociación y el consenso entre los principales actores políticos. Esta “episteme” se ha distinguido por: a) concertación política, impulsada por los principales partidos políticos para asegurar la gobernabilidad; b) gobiernos de coalición, varios partidos compartían el poder y las responsabilidades gubernamentales para mantener la estabilidad política; c) discurso de estabilidad y modernización, la legitimidad se basó en un discurso que destacaba la necesidad de estabilidad política y modernización económica para el desarrollo del país; y, d) justificación de reformas, las reformas neoliberales se justificaban como necesarias para superar la crisis económica y atraer inversión extranjera. Esta “episteme” resalta las tensiones inherentes entre la búsqueda de estabilidad política y las demandas de justicia social y equidad.

Democracia intercultural. Formalmente esta “episteme” se caracteriza por una estructura de conocimiento orientada a promover la inclusión y la valorización de la diversidad cultural del país. Los rasgos principales de esta “episteme” son: a) reconocimiento de la diversidad, la Carta Magna reconoce la diversidad de naciones y pueblos indígenas, originarios y campesinos en el país; b) participación política ampliada, se han establecido mecanismos para garantizar la participación política de los pueblos indígenas y otros grupos marginalizados; c) derechos de los pueblos indígenas, se reconocen y protegen los derechos colectivos de los pueblos indígenas; d) interculturalidad y plurinacionalidad, se promueve el respeto y la convivencia armoniosa entre diferentes culturas y naciones; e) democracia participativa y comunitaria, se incentiva la participación activa de la ciudadanía a través de mecanismos como referendos, cabildos y consultas previas; y, e) descolonización y despatriarcalización, se promueven políticas orientadas a eliminar las estructuras de poder colonial y patriarcal que han prevalecido históricamente.

En realidad, esta “episteme” no logró consolidarse como una estructura de conocimiento y menos como práctica política, las dificultades fueron enormes: desigualdad de poder, la desproporcionada influencia de los grupos culturalmente dominantes ha dificultado la implementación de una democracia plena; complejidad en la creación de instituciones inclusivas, diseñar y establecer instituciones que reflejen y respeten la diversidad cultural de manera equitativa es una tarea que no se ha efectivizado; y, fragmentación social y falta de cohesión, el enfatizar demasiado las diferencias culturales ha llevado a la fragmentación social, dificultando la creación de una identidad compartida y un sentido de comunidad.

Se ha realizado una síntesis de las “epistemes” democráticas en la historia política de nuestro país; pero, entre todas, la “episteme” de la democracia intercultural, no logró su cometido y, al parecer, se encuentra en crisis.

Eduardo Leaño es sociólogo.




Banner BD 160724
Banner BD 160724
Lateral
Lateral
bk-cuadrado
bk-cuadrado