En este artículo pido al gobierno mostrar más esfuerzo y dinamismo para evitar un mayor deterioro de la economía y para salir de su estado actual de procrastinación.
Procrastinar es posponer o aplazar tareas importantes que se deben realizar teniendo la oportunidad de hacerlo. Sus principales causas son la falta de motivación, el miedo al fracaso, el perfeccionismo y la tendencia a dar mayor importancia a los beneficios inmediatos que a las consecuencias en el largo plazo.
En particular urge que el gobierno tome medidas en los mercados de carburantes y de la moneda extranjera. Las declaraciones del presidente de YPFB de la semana pasada fueron interpretadas por la gente de que era imposible importar gasolina y diésel pues no había dólares con que pagarlos. Algunos analistas, entre otros Álvaro Ríos, aseguró que el quitar la subvención a los carburantes no incidiría en una mayor oferta. Si aceptamos ambas opiniones, resultaría que las políticas de corto plazo, actualmente accesibles para el gobierno, no tendrían impacto en el aumento de la oferta de carburantes.
Mi propuesta, y la de muchos otros colegas, es eliminar el subsidio selectivamente, es decir, sin dañar a los sectores vulnerables. Esto podría lograrse proporcionando una bonificación al transporte público y a otros sectores, como el agropecuario, contra la entrega de facturas o, alternativamente, destinando algunas gasolineras exclusivamente para el servicio de los sectores escogidos. Como esto significará elevar el precio para los demás, la demanda disminuirá desincentivando la acumulación privada de carburantes con fines de precaución que, al parecer, es enorme y, sobre todo, se va a eliminar el contrabando de exportación que sigue siendo gigantesco. Luego no será necesario importar las cantidades actuales, luego el requerimiento de divisas disminuirá y al tener efectos positivos en el déficit fiscal frenará el incremento del índice general de precios provocado por el incremento de costos privados.
Hace unos 6-8 meses, que el precio del dólar en el mercado libre se mantiene relativamente estable, con pocas variaciones. Es posible que las desafortunadas declaraciones de algunas autoridades sobre que YPFB se lanzaría como demandante de dólares en este mercado podría ser un factor para hacerlo subir. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que los más de 6.000 millones de dólares que produce la minería, mayormente informal, y otros sectores alimentan la oferta de dólares que, teniendo en cuenta la estabilidad del mercado cambiario, estaría satisfaciendo la demanda al precio de 11 bolivianos y fracción por unidad de la moneda norteamericana. Si el gobierno y el Banco Central permitieran que el precio del dólar se fije libremente según la oferta y la demanda el riesgo de que se aleje mucho de ese nivel es pequeño. Esta disposición tendría ventajas múltiples, entre otras transparentar el mercado cambiario, los costos de las empresas y desincentivar a los bancos a especular con los depósitos de sus clientes.
El gobierno parece morirse de miedo frente a estas políticas. No toma en cuenta que, de no adoptarlas, ocurrirá en Bolivia algo peor. Por una parte, el deterioro de la economía se acelerará y, por otra parte, la inestabilidad política puede llegar a niveles absolutamente indeseados. Por ello es necesario que salga de su estado de procrastinación.
Tres últimos comentarios: Estas medidas permitirían recuperar el apoyo que está perdiendo el gobierno y mostrar al exterior un país ordenado, con un gobierno que no ha perdido el control de su economía, lo que le permitiría acceder a créditos de apoyo a la balanza de pagos y/o de libre disponibilidad para completar el esfuerzo de equilibrar los mercados.
El gobierno debería dejar de hacer una propaganda que tiene efectos negativos porque muchas veces es contraria a la realidad, confunde, es cansadora y repetitiva, cuesta mucho al estado y le hace perder credibilidad.
Finalmente, dejo la siguiente pregunta a los
lectores: ¿Por qué el Estado debe importar bienes para ponerlos a disposición
del público? ¿no lo pueden hacer los privados siguiendo las reglas del mercado?
¿Qué diría Ud. que además de importar gasolina, importe ropa, comida, electrodomésticos,
etc. y que los venda a un precio subvencionado?
Rolando Morales es PhD en economía.