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28/08/2024
Columna Abierta

Fraudulentos y dictadores apoyando a fraudulentos y dictadores

Carlos Derpic
Carlos Derpic

La dictadura que oprime al pueblo venezolano montó un burdo fraude electoral mediante el que pretende mantener en la presidencia a Nicolás Maduro y en el poder al Partido Socialista Unido de Venezuela. Lo hace pese a que la oposición cuenta con actas que demuestran el triunfo rotundo y concluyente de Edmundo Gonzales Urrutia, por un porcentaje de 70% frente al 30% del dictador. A efectos de convencer al mundo de su patraña, la dictadura obtuvo del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela por el cual éste convalidó el supuesto triunfo de Maduro que antes le había sido adjudicado por el Consejo Nacional Electoral.

El fraude se produjo con una serie de maniobras que incluyó la prohibición de asistir a veedores internacionales que no comulgan con el régimen, como fue el caso de varios ex presidente latinoamericanos a los que se obligó a desembarcar de los aviones en los que se encontraban listos para viajar a Caracas, o mediante la deportación de otros personeros. El día de la elección se hizo uso del truco, ya utilizado en Bolivia en 2019, de suspender el conteo de votos, para acusar luego un supuesto e inexistente hackeo que no se pudo comprobar porque simple y llanamente no existió. Pero, sobre todo, fue definitoria la organización de la oposición que contó con actas que demuestran inobjetablemente su triunfo (¿Aprenderán los opositores bolivianos de eso o seguirán pensando que las cosas se hacen por generación espontánea o por obra y gracia del Espíritu Santo?).

La evidencia del fraude es tan contundente que solo unos pocos países, entre los que lamentablemente se encuentra Bolivia, respaldaron el falso triunfo del dictador. Además de nuestro país, lo hicieron Cuba, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada y Santa Lucía. Por supuesto, también lo hicieron Rusia y China, que tienen intereses geopolíticos importantes en América Latina.

Ni siquiera los gobiernos de izquierda de América del Sur reconocieron al fraudulento. Chile fue contundente; su presidente Gabriel Boric escribió en su cuenta de “X”: “Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía (…), hoy el TSJ de Venezuela termina de consolidar el fraude (…) el régimen de Maduro obviamente acoge con entusiasmo su sentencia que estará signada por la infamia”.

Brasil y Colombia emitieron un comunicado conjunto en el que señalan que “(…) toman nota de la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela sobre el proceso electoral. Reiteran que siguen aguardando la difusión, por parte del Consejo Nacional Electoral, de las actas desglosadas por mesa de votación. Cabe recordar los compromisos asumidos por el gobierno y la oposición mediante la firma de los acuerdos de Barbados, cuyo espíritu de transparencia debe ser respetado”. 

Otro dictador, Daniel Ortega, reaccionó furioso al comunicado conjunto y dijo: “Pobre Petro, lo veo como compitiendo con Lula en ver quién va a ser el líder que va a representar a los yankees en América Latina. El pobre Petro no tiene la fuerza que tiene Brasil. El gigante de América Latina. Pero con ese gobierno que tiene, de Lula, no es gigante, bueno, es Goliat queriendo arrasar con David”. Esto motivo la respuesta de Petro: “Nos ha llamado ‘arrastrados’ Daniel Ortega, solo porque queremos una solución negociada, pacífica y democrática en Venezuela. Tal insulto me permite contestarle: Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras”.

Otros que no pueden con lo sucedido son ciertos los “analistas” españoles Aníbal Garzón y Juan Carlos Monedero, y el argentino Carlos Montero que, en sus cuentas de “X” acusan sobre todo a Boric, pero también a Lula y Petro, de ser instrumentos del imperialismo y de la ultraderecha. Es bueno recordar que Monedero recibió bastantes monedas del chavismo (seguramente igual que Garzón) y que Montero trabajó en CNN para fungir ahora como izquierdista, al igual que Jorge Gestoso, convertido de presentador de CNN en lacayo de la dictadura venezolana. Todos estos sujetos son, ni más menos, que fieles seguidores de Stalin y otros dictadores iguales a él.

Entretanto, la dictadura venezolana continúa reprimiendo a su pueblo y, en ese afán, acaba de nombrar ministro de gobierno al desalmado de Diosdado Cabello.

Por el momento, queda claro que fraudulentos como lo masistas y dictadores como Ortega y Cia. Apoyan a otros fraudulentos y dictadores como Maduro. “Dios los cría y ellos se juntan”.

Carlos Derpic es abogado.




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