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16/01/2019

El triste destino de los dictadores

Un 15 de enero de 1871 se produjo un levantamiento popular que reflejó la alianza del pueblo paceño con una fracción del Gobierno que derrocó a una de las dictaduras más oprobiosas del país. Triunfó el pueblo boliviano, el pueblo paceño y el dictador se dio a la fuga. En ese tiempo no se reconstruyó la democracia, pero gracias al levantamiento del 15 de enero de 1871 Bolivia se deshizo de Mariano Melgarejo, un tirano irrespetuoso de las leyes.

Melgarejo llegó al poder tras una serie de golpes de Estado. Nació cinco años antes de la independencia de Bolivia en 1820, en medio de la lucha por la independencia. A sus 16 años se enroló en el Ejército y siguió enfrentando batallas. La siguiente fue la lucha por la Confederación Perú-boliviana y luego vino la guerra con Chile.

Al estar involucrado en esas guerras, el entonces presidente Manuel Isidoro Belzu arrimó a su entorno a Melgarejo, pero éste intentó un golpe de Estado y por ello debía pagar con su vida. Sin embargo, mujeres en Cochabamba rogaron por él y Belzu le perdonó la vida.

Melgarejo se vinculó a la oposición de José María Linares y lo ayudó en un golpe de Estado. Con esta acción ascendió a general y luego emprendió un nuevo golpe y se hizo del poder en 1864. Duró casi seis años de autoritarismo sin límites, de persecución sin límites, de matanzas, de saqueo de enriquecimiento, vendió un pedazo de territorio al Brasil.

Luego de un año de estar en el Gobierno; Belzu se levantó contra Melgarejo. Parecía que iba a tener éxito; Melgarejo invitó a su rival a Palacio y cuando entró le disparó y le quitó la vida. Cuando se abren las puertas del balcón, Melgarejo grita a la multitud: “Belzu ha muerto ¿quién vive ahora”? La gente gritó “Viva Melgarejo”. Se quedó en el poder hasta 1881. El pueblo, al final, se levantó contra ese gobierno. En un levantamiento de Potosí, mató al poeta Néstor Galindo, pese a que era la madre de éste había rogado para salvarle la vida. Melgarejo no se apiadó que esa madre.

Cuando Melgarejo estaba en Potosí, hubo otro levantamiento en La Paz, pero en el camino muchos de sus soldados desertaron. Llegó con un Ejército diezmado y el pueblo lo aplastó un 15 de enero. Escapó a Chile y al enterarse que su mujer Juana Sánchez se había ido a Lima fue tras ella a pedir ayuda, pero ni le abrieron la puerta. Eso desató la ira de Melgarejo y ante los agravios, el hermano de Sánchez salió a la calle y le dio dos tiros.

Otro 15 de enero, de 1981; otro dictador protagonizaba la más sangrienta de las matanzas. Murieron los dirigentes del MIR que en ese entonces era revolucionario y luchaba por la democracia. Luis García Meza y Luis Arce Gómez subieron al poder el 17 de julio de 1980 en un cruento golpe de estado.

Ese Gobierno sufrió el aislamiento internacional. Arce Gómez fue el ministro de la cocaína y la dictadura fue sellada con un estigma y una economía basada en el narcotráfico.

Ese 15 de enero llegó uno de los dirigentes exiliados del MIR, llamado José Pinedo. Todos se reunieron en la calle Harrington de Sopocachi. Llegaron los dirigentes del MIR y Ademar Guzmán Alarcón, el infiltrado de la dictadura, a través de la información que dio, los paramilitares del régimen rodearon la calle y entraron al departamento donde se desarrollaba la reunión. Todos se rindieron y comenzó el sonido de la metralla que duró cinco minutos. Un homenaje a estos hombres que ofrendaron su vida para que tengamos democracia.

Yo vivía en Alto Sopocachi y tres cuerpos fueron velados cerca de mi casa. Había mucho miedo, no había casi nadie en el velorio y después de 5 o 10 minutos yo salí de allí. Esta matanza causó una declaración de Arce Gómez, quien dijo que se había producido un enfrentamiento con delincuentes subversivos, algo similar a lo que pasó décadas después en el hotel Las Américas.

El forense de entonces –al servicio de la dictadura– dijo que los ocho dirigentes del MIR habían muerto de pulmonía. García Meza renunció el 4 de agosto de 1981 y en 1986 comenzó el juicio de responsabilidades. Luis García Meza se escapó al Brasil y Arce Gómez desapareció. En 1994 García Meza fue capturado en el país vecino, se hizo un proceso para que regrese a Bolivia y un 15 de marzo de 1995 llegó al país con una sentencia de 30 años. Llegó directo a Chonchocoro y hasta el día de su muerte pasaron 23 años.

Luis Arce Gómez es otra historia. Estando en el Ejército, acusado de la violación de una joven, se arrimó al Gobierno de Alfredo Ovando Candia, quien detuvo y asesinó al Che Guevara. Hay varias versiones que dicen que siendo jefe de seguridad de Ovando fue el ejecutor de los esposos Alexander, dueños del periódico Hoy. 

Luego subió al Gobierno Jaime Paz Zamora, quien ubicó a Arce Gómez en una hacienda de Santa Cruz y lo entregó a las autoridades norteamericanas porque tenía una sentencia allí. Lo entregó sin trámite, igual que hizo Evo Morales recientemente con un activista italiano. En 2009, EEUU accede a entregar a Arce Gómez y regresó al país. En total pasaron 24 años de prisión.

Ese es el triste destino de los dictadores que pisotearon constituciones, que robaron, acabaron con la libertad de prensa y esos crímenes se pagan con la prisión o con la vida. Ese es el triste fin de los dictadores.

Tomado del programa Cabildeo

Amalia Pando dirige el programa Cabildeo, que se emite por internet

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