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El Tejo | 16/05/2021

Día del Periodista

Juan Cristóbal Soruco
Juan Cristóbal Soruco

Juan Cristóbal Soruco Q.

Los días 10 de mayo de cada año se celebra el Día del Periodista. Esto porque el 10 de mayo de 1938, el gobierno presidido por Germán Busch creó un “montepío” para los periodistas. Y lo hizo ese día en homenaje al periodista Cecilio Barragán que, en 1865, fue asesinado por instrucciones del dictador de entonces Mariano Melgarejo por su labor periodística.

Sin dudar del merecido homenaje, este día me provoca sentimientos encontrados. Si revisan la información, verán que la mayor cantidad de felicitaciones y elogios provienen de nosotros mismos. Siguen las esquelas que preparan los responsables de comunicación de las entidades públicas y privadas, y luego las que difunden muchos gremios sociales, cuyo dirigentes, en realidad, no nos quieren mucho. Y se llevan la flor los dirigentes políticos, quienes nos felicitan efusivamente cuando están en la oposición, pero cuando llegan al poder no dejan de incluir en sus mensajes algunos “consejos” sobre cómo cumplir nuestra labor.

Esto se ha intensificado desde que el MAS accedió al gobierno, pese a que el periodismo cumplió un papel fundamental para que el entonces dirigente cocalero Evo Morales estuviera presente en buena parte de la información cotidiana que difundían los medios. Desde su primer discurso como presidente electo no dejó de atacarnos y mientras escasearon felicitaciones aumentaron sus agresiones, particularmente a los colegas, hombres y mujeres, que cubrían el área política, a los que constantemente humillaba aprovechando el poder que disponía.

Lo interesante del caso es que ese estilo sigue dominando en el MAS. Es ilustrativa la oposición a que se rinda un homenaje a los periodistas en la Cámara de Senadores, porque la brigada del MAS da por hecho que malinformamos. Y el primer mandatario (que de rato en rato es noticia) incluso dijo que se nos daba la oportunidad de reivindicarnos de las mentiras que difundimos.

Les advierto que si bien no me gustan que nos felicitemos entre nosotros, me gustan las agresiones que vienen desde el poder, porque muestran que estamos cumpliendo bien nuestra labor. En la mayoría de los casos (porque excepciones siempre las hay) no cedemos a las presiones para que los beneficiemos con nuestro trabajo. ¿Se imaginan, por ejemplo, que reproduzcamos como verdad el informe del Procurador General al Estado a la ONU sobre los acontecimientos de octubre y noviembre de 2019? ¿O que los medios afirmen que hay eficiencia y transparencia en el combate al coronavirus porque así lo dice el siempre ocurrente Ministro de Salud? O ¿ayudemos a que se crea que el improvisado programa de vacunación dirigido por el gobierno es consecuencia de las patentes de las vacunas?

Hay que aclarar que cumplimos nuestra tarea de la mejor manera no porque nos guste enfrentarnos con los poderosos (o no solo) sino porque ese es nuestro oficio: develar con buenas artes los secretos del poder para que la ciudadanía esté debidamente informada.

Como creo que ese es nuestro oficio, no me gustan frases como que somos interpeladores del poder, cuarto o quinto poder del Estado, fiscalizadores o portadores de la verdad. Nones, nuestra

tarea es buscar la verdad de hechos que interesan a la gente para que pueda desenvolverse adecuadamente en su vida cotidiana y ser parte de una ciudadanía debidamente informada, característica básica para la consolidación de la democracia.

Que a veces nos creemos lo que nos dicen los aduladores o nos gusta ejercer el podercito que supone acceder a mayor información, también es cierto. Y que cuando actuamos correctamente podemos correr serios peligros, también. Pero, lo hacemos porque el oficio nos gusta y hemos asumido libremente el compromiso de realizar nuestra tarea capacitándonos en forma adecuada, cumpliendo principios de orden moral y ético que garanticen que informemos lo mejor posible.

Por esas razones soy un convencido de que el Día del Periodista debe servirnos para reflexionar sobre cómo ejercemos el oficio y ratificar nuestro compromiso de informar correctamente. Además, debemos evitar (a la inversa de lo que ha hecho la Confederación Sindical del gremio) que quienes nos presionan para que pongamos nuestra labor a su servicio se disfracen de solidarios o aprovechen este día para, cual impertinentes perdonavidas, darnos consejos sobre cómo trabajar.

En fin, ratifiquemos que somos periodistas, simples buscadores de la verdad…

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