Los guionistas del
gobierno, el evismo y el masismo han dado especial importancia a la
rememoración del golpe de Estado del 21 de agosto de 1971, tratando, de esa
manera, de matar dos pájaros de un tiro: equiparar ese golpe con lo sucedido en
las movilizaciones de octubre-noviembre de 2019, y reapropiarse de la figura de
Marcelo Quiroga Santa Cruz a través de la chicana de comparar el juicio en
contra de la ex presidenta constitucional Jeanine Añez con el juicio de
responsabilidades que Quiroga intentó impulsar en contra de Hugo Banzer Suárez.
Vano afán. Salvo quienes ignoran la historia o están cegados de odio pueden caer en esa trampa, porque se trata de contextos absolutamente diferentes. Al extremo, y si de misterios se trata, más fácil es asimilar al evismo con el banzerismo, salvo en su origen, que en el caso de Banzer fue consecuencia de liderar un golpe de Estado en un ciclo autoritario militar golpeando a un gobernante defacto; en cambio, Evo Morales, al desconocer el referendo de 2016 y hacer aprobar una sentencia para habilitar su “rererelección”, violó el orden constitucional y democrático vigente para mantenerse en el poder.
Además, si de juicios contra ex dictadores se trata se tiene el mejor ejemplo a mano: el juicio de responsabilidades en contra de Luis García Meza Tejada y sus colaboradores siguiendo el debido proceso, sin humillaciones ni saña y que culminó, bajo la dirección de Juan del Granado, con sentencias como la de 30 años de presidio sin derecho a indulto a los principales culpables.
¿Se tratará sólo de ignorancia u olvido? Ese es un misterio que se debe develar, y no me inclino por ninguno. Creo que esta actitud responde a que así como el garcíamecismo fue la expresión militar de un ciclo final, el evismo y el masismo son la expresión civil de otro ciclo terminal.
Hay demasiados síntomas similares entre ambos. El principal es, probablemente, el desprecio a la vida y dignidad humanas, que son subordinadas a los intereses de los mandamases del Estado. Se trate de un grupo presuntamente afín, como en el caso de los ejecutados del Hotel Santa Cruz o de Senkata y Sacaba, o de opositores, como en la Calancha o Montero. Y ni que decir del trato vejatorio a la ex presidenta constitucional Jeanine Àñez.
En el campo popular, también hay similitudes. Una, la forma en la que desde el Estado se divide a las organizaciones sociales si sus líderes no se subordinan a los dictados del partido o el gobierno. Otra, la cooptación de dirigentes vía prebendas de toda naturaleza.
El uso del Ministerio Público y la administración judicial como instrumentos de represión política es estremecedoramente similar entre evismo y garcíamecismo. Así, hay personalidades que lucharon de veras contra las dictaduras que ahora son perseguidas con saña, como Antonio Aranibar Quiroga, enjuiciado con malas artes por Andrés Soliz Rada (hoy fallecido), que fue ministro en el primer periodo de Morales y solapado adherente al garcíamecismo.
Hay, asimismo, similitudes en el mal trato que buena parte de funcionarios da a la ciudadanía a la que presuntamente deberían atender, que van de lo banal, por ejemplo, la prepotencia de personal de aduanas y migración a pasajeros en los aeropuertos, especialmente en Santa Cruz, que pareciera que se solazan provocando malestar e incomodidad, hasta la grotesca orden de desnudarse a quienes participaron en un acto del MAS, en el que hubo robos y uno de los afectados fue el dirigente Andrónico Rodríguez, también presidente del Senado, al que le sustrajeron su billetera.
Creo que el misterio sobre la importancia dada a este 21 de agosto está develado. Lo que no está claro aún es la meta a la que nos está conduciendo el gobierno, si asumimos que el expresidente fugado no podrá volver a ser primer mandatario en forma constitucional, que pareciera ser el objetivo central del evismo.
P.S. Ya escrita la columna se difundió la intervención de dos ministros del gobierno en la OEA y el representante ante ese organismo intentando interpelar a su secretario general. Y encontré mucha similitud con la actuación en ese foro internacional y otros, de ministros del garciamecismo, incluida la velada insinuación de sacar al país de su seno.
Juan Cristóbal Soruco es periodista y escritor