En un ambiente de desconfianza y falta de credibilidad en las instituciones, en medio de un hostil “proceso electoral” aún no convocado por el organismo electoral, la ciudadanía, es decir, los electores necesitamos un espacio en el que podamos recibir información de las autoridades electorales sobre cómo se están organizando las elecciones de agosto y exponer nuestras expectativas y demandas, especialmente en lo relacionado con el acceso a la información y la transparencia del proceso.
La predisposición del Tribunal Supremo Electoral para abrir espacios que viabilicen o intenten blindar procesos electorales es positiva; sin embargo, las organizaciones políticas no son los únicos actores con los que se debe acordar. En democracia, el principal actor de elecciones libres y transparentes es el ciudadano, olvidado constantemente en sus necesidades de acceso a la información y en su derecho a exigir, a candidatos y a partidos políticos, respuestas a sus demandas y aspiraciones.
En el encuentro multipartidario que el TSE hizo el año pasado se acordó, además de suspender las primarias y de convocar a las elecciones judiciales de ese año, facilitar las condiciones necesarias para la realización de las elecciones generales 2025; trabajar por la transparencia del padrón electoral, avanzar progresivamente en un sistema de transmisión rápida de resultados electorales preliminares; en la asignación de escaños con base en los datos del último censo y en la reconfiguración y codificación de circunscripciones electorales. También se acordó que el TSE iba a trabajar en temas de género y en considerar las peticiones de los pueblos indígenas para respetar sus derechos políticos y colectivos en elecciones. Seguramente estos temas serán evaluados en el nuevo encuentro, pero, como son de interés ciudadano, también deber ser conocidos en su avance por los ciudadanos registrados en el padrón electoral porque son los que legitiman el proceso electoral el día de las elecciones.
¿Qué medias tomará el TSE para recuperar la confianza en el padrón electoral? ¿Cómo piensa enfrentar la urgente necesidad de contar con un sistema de transmisión rápida de resultados preliminares? ¿Se aceptará un acompañamiento ciudadano al proceso de delimitación de circunscripciones uninominales y al cómputo para superar las susceptibilidades? Estas y otras preguntas o dudas deberían ser respondidas en la cumbre ciudadana para fortalecer la confianza ciudadana en el TSE y para identificar preocupaciones o mitigar posibles conflictos. Pero, sobre todo, para activar el interés ciudadano de participar en procesos que pueden fortalecer o debilitar la democracia.
La cumbre ciudadana puede ser una excelente oportunidad para que el TSE se entere, de primera mano, sobre lo que la ciudadanía espera de las elecciones; esto puede llevar a que (con voluntad política) encuentre formas de mejorar su eficiencia e independencia y a mejorar la confianza en su capacidad como árbitro electoral. La corresponsabilidad entre un elector mejor informado y un organismo electoral más abierto puede mejorar las elecciones de agosto.
La Fundación Jubileo y la Alianza OCD han enviado una nota al presidente del Tribunal Supremo Electoral para solicitar la realización de una cumbre ciudadana. Además, piden que se consideren las recomendaciones ciudadanas sobre aspectos técnicos, ya presentadas ante la Sala Plena, durante la cumbre política del 17 de febrero.
Sin embargo, la polarización política (ausencia de consenso por la negativa de Evo Morales a firmar el acuerdo) podría generar tensiones y dificultar la toma de decisiones conjuntas; otro tema es el riesgo de un bloqueo legislativo si es que no se logra el respaldo de la ALP.
Sandra Verduguez es comunicdora social.