En el curso de la semana, un número importante de organizaciones de la sociedad civil realizó dos presentaciones públicas, en La Paz y Santa Cruz de la Sierra, respectivamente, anunciando la implementación de un programa de control electoral ciudadano orientado a las próximas elecciones nacionales de agosto del año en curso.
Esta iniciativa, que fue preparada durante varios meses, obedece a la necesidad ostensible de evitar que, una vez más, en el país, se consolide un grosero fraude electoral; como a los que están acostumbrados quienes no creen en la democracia, pero están obsesionados con permanecer en el poder de forma indefinida para preservar intereses propios, amparados en una dictadura que conculca derechos elementales de la ciudadanía y redujo las libertades democráticas a su mínima expresión.
Existen razones valederas, y por demás legítimas, para emprender estas iniciativas que deben contar, a la brevedad posible, con el respaldo ciudadano mayoritario. Al respecto, considero pertinente señalar las principales:
1.- El Movimiento al Socialismo, que viene gobernando el país cerca de dos décadas, en la actualidad, al haber perdido respaldo, ciudadano debido a las fechorías cometidas durante su gobierno, convirtiendo a Bolivia en uno de los Estados más corruptos del mundo y generando una crisis económica extrema, no tiene ninguna posibilidad real de obtener una victoria en las elecciones previstas para el próximo mes de agosto.
2.- Frente a esa derrota inevitable de parte del candidato del gobierno, que no pasa del 2% de la intención de voto, independientemente de la violenta confrontación interna en que se involucraron las tres tendencias masistas (afines a Luis Arce, Evo Morales y Andrónico Rodríguez), más temprano que tarde, comprendiendo que lo que los une es el objetivo común de permanecer en el poder, para encubrir sus acciones delincuenciales y seguir permitiendo la intensa actividad del narcotráfico, unirán esfuerzos bajo dos alternativas: a) Evitar las elecciones de agosto o b) Respaldar una sola candidatura. Lo más probable la de Andrónico Rodríguez.
3.- El problema no radica en las posibilidades de su candidato, sino en la actitud consuetudinaria del MAS de concurrir a las elecciones jugando sucio, es decir, cometiendo fraude, justamente por la imposibilidad material de salir airosos de una contienda electoral limpia y transparente, con un árbitro imparcial. Al respecto, es oportuno hacer notar que el Órgano Electoral no es una entidad que genere confianza ciudadana. En 2019, sus miembros fueron coautores del fraude, conjuntamente los lideres del MAS, y hoy se niegan sistemáticamente a sanear el Padrón Electoral, permitiendo que más de un millón de votantes fantasmas continúen vigentes para ser utilizados en las próximas elecciones.
4.- El gobierno de Luis Arce Catacora ejerce un control absoluto sobre toda la estructura estatal, incluido el Órgano Electoral, Tribunal Constitucional, Ministerio Público, Órgano Legislativo, Policía y Fuerzas Armadas; es decir, están dadas las condiciones, objetivas y materiales, para digitar un resultado subordinado a sus intereses políticos, con tecnología de punta.
En un escenario de absoluta inseguridad e indefensión, la ciudadanía no va a encontrar instancia estatal alguna a la cual acudir para hacer prevalecer sus derechos electorales conculcados por el fraude.
Frente a estas circunstancias, corresponde a la sociedad civil organizada hacer prevalecer sus derechos, participando activamente en todas las acciones públicas que se realicen con relación al control del proceso electoral, fundamentalmente el día de las elecciones.
Subsistiendo la legítima aspiración del pueblo boliviano de recuperar la democracia, expulsar a la dictadura y al narcotráfico, en el entendido que el único camino pacífico y democrático para consolidar ese objetivo son las elecciones; el día que se verifiquen las mismas, nuestros compatriotas deben constituirse en los recintos donde se desarrollan su acto electoral para controlar y verificar que no se incurra en ninguna irregularidad. Pero, sobre todo, para acceder al acta de escrutinio, a efecto de que los resultados consignados en ese documento coincidan con el conteo de votos. Luego tendrá que remitir esos datos a un centro de control ciudadano y cómputo transparente de la votación. Tomemos como ejemplo el valioso trabajo de control realizado por el pueblo venezolano, que logró demostrar ante el mundo el resultado real y verdadero de las elecciones realizadas en ese país.
En todos estos años, la sociedad civil boliviana organizada aprendió la lección de las negativas experiencias vividas, comprendiendo que sólo el pueblo movilizado podrá defender sus derechos. En este caso, se requiere, por lo menos, la participación activa de unos 37.000 compatriotas, desplazados en todo el territorio nacional, bajo la consigna de luchar todos contra el fraude de los dictadores. Sólo así recuperaremos la democracia.
Waldo Albarracín es abogado, fue presidente de la APDHB, Defensor del Pueblo y rector de la UMSA.