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Pluri Multi | 19/08/2024

Cinismo y mentiras: proyecto dictatorial

Carlos Toranzo Roca
Carlos Toranzo Roca

Para salir de una crisis lo primero que hay que hacer es admitirla. Sin embargo, ese no es el caso de Bolivia, ya que el presidente Arce insiste en negarla. Hace años nos decía que Bolivia estaba blindada ante las probables crisis económicas que les suceden a todos los países. Eran las épocas en que se alababa a sí mismo, indicando que había inventado un modelo económico extraordinario, imposible de superar. Él, que fue ministro de Economía durante todos los años de Gobierno de Evo Morales, hablaba del “milagro boliviano”, sin explicar que hasta 2014 Bolivia vivió un extraordinario boom de los precios de los hidrocarburos y de los minerales. Como nunca antes entraba dinero al país, tanto que en los años del MAS se malgastaron 60.000 millones de dólares y se rifaron 15.000 millones de dólares de las reservas internacionales.

Arce, junto a Morales, fueron corresponsables y cómplices del despilfarro y de la falta de inversión en exploración, razón por la cual hoy Bolivia no tiene más hidrocarburos para exportar. Morales y Arce son responsables de las inversiones en empresas estatales que son deficitarias y de haber triplicado el número de funcionarios públicos para tener una clientela masista que se ocupe de aplaudirlos. Entre ambos han ocultado los grandes fenómenos de corrupción del masismo. Ellos dos han dado lugar a la expansión legal e ilegal de cocales, lo que ahora, en 2024, lleva a que Bolivia exporte cocaína. Han tenido una política permisiva con los negocios del narcotráfico, por lo cual Bolivia es un lugar de producción de cocaína y de pasta básica y, además, es el país que permite el tránsito de la pasta y cocaína peruana. Por todo esto no es extraño que hoy en la pugna entre ambos se acusen mutuamente de ser los defensores del narcotráfico.

Arce y Morales sabían muy bien de todos los fenómenos de corrupción del régimen masista. Entre ellos pactaron el silencio sobre todo eso y, además, echaron a andar una política de cooptación prebendal de todos los movimientos sociales. Ex profeso, los corrompieron para que sean leales al Gobierno, como lo fueron con Morales y lo son ahora con Arce. La denominada “reserva moral de la humanidad”, los movimientos sociales, resultaron ser más corruptos que cualquier organización y son más obsecuentes al poder del Estado porque dependen prebendalmente de él. Por eso defendían antes al “hermano” Evo y ahora le prenden inciensos al “hermano” Lucho.

No quedaron lejos de esta conducta las ONG defensoras de derechos humanos o de temas de género, que hacían esa tarea antes del MAS, pero cuando éste llegó al poder, callaron ante las violaciones de derechos humanos y los atentados contra las mujeres. Esas ONG, antes que defender derechos humanos o temas de género, solo defendían sus militancias llamadas de izquierda que, ahora sabemos, tenían un talante autoritario en el subconsciente. Por lo cual estaban dichosas con el autoritarismo del MAS. Algunas de esas ONG han recapacitado y vuelven a sus orígenes, y por ello son reprimidas. Sin embargo, la mayoría de ellas fue cooptada por el poder del Estado. No en vano no decían nada ante las conductas misóginas de los masistas; a Evo Morales no le reclamaban el derecho que tenían los hijos de Morales a tener una pensión digna, ni decían nada ante las actitudes pedófilas de sus dirigentes.

Fue una gran mentira eso del modelo social comunitario. El MAS nunca creyó en lo comunitario; cree más bien en la lógica de mercado, esa que aman los cocaleros y cooperativistas. No hubo tal modelo; lo único que hubo fue una suerte de la vida al tener un boom económico extraordinario que dilapidaron y que nos condujo a la crisis y la situación económica que vivimos hoy. Pero lo que es peor, entre Morales y Arce, junto a todo el MAS, nos llevaron a la peor crisis de valores que jamás existió. Nos condujeron a la inexistencia de la ética y nos impusieron desde el Estado la política de la mentira y del cinismo. Sin embargo, ambos no se creen culpables de nada y tratan de copar el Estado para seguirlo administrando de manera nada ética. Ninguno de los dos cree en la democracia; su norte es el autoritarismo y la dictadura, por eso sus aliados son Venezuela, Irán, Cuba o Nicaragua; ese es el modelo que persiguen.

Es hora de que los bolivianos les digamos no a los dos y a todo su partido, cuyos militantes los endiosan solamente por intereses sectarios. Quienes creemos en la democracia debemos tener la certeza de que en 2025 nos querrán hacer un fraude al estilo de Venezuela para instaurar su dictadura. Hay que estar alertas para defender la democracia ante ese deseo dictatorial del MAS, de Arce o de Morales.




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