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25/08/2023
Intensamente

Censo 2024: Identidad global e identidades parciales en Bolivia

Carlos Hugo Laruta
Carlos Hugo Laruta

La prensa registró el miércoles 23 de agosto la declaración de Humberto Arandia, director del Instituto Nacional de Estadística (INE) quien informó que está concluida y digitalizada al 100% la cartografía para el censo de 2024. Estaría así vencido un escollo que por inacción gubernamental impidió la realización del Censo en 2023. Entonces, ahora, otro de los temas delicados sobre el que deberá hablar el INE es, sin duda, el de la pregunta de autoidentificación en la boleta censal.

Sobre ésta, hace varios meses el INE indicó que se la había mandado para revisión de una comisión de expertos internacionales. Se supone que ya se hicieron consultas al interior del país, pues el reciente censo experimental usó la boleta preliminar y se prevé su versión final en septiembre de 2023.

1. La manipulación etnicista de la autoidentificación en el Censo 2001

Sobre la pregunta de autoidentificación debe recordarse que ya en el Censo de 2001 hubo una manipulación etnicista “¿Con que pueblo indígena se autoidentifica usted?” fue la pregunta y luego se enlistaban seis opciones –aymara, quechua, guaraní, chiquitano, mojeño y ninguno–. Y, claro, en cuatro de nueve departamentos los ciudadanos se vieron obligados a autoidentificarse como “ninguno”: en Pando, el 83%, en Tarija, el 80%, en Beni, el 67% y en Santa Cruz, el 62%. Es decir, su propio Estado “ninguneó” a más de la mitad de su población y estableció una horrorosa discriminación y exclusión con su propio pueblo.

2. El Censo de 2012 y la pregunta No 29 que reconoce la identidad boliviana como global y enmarcante de las Identidades parciales

El anterior Censo de 2012 introdujo en la Boleta Censal la Pregunta No. 29 bajo la siguiente formulación: “Cómo boliviana o boliviano ¿pertenece a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afro boliviano? ¿A cuál? La boleta daba 39 opciones, desde aymara y quecha, hasta tapiete y sirionó.

Es claro que, a tono con adecuadas corrientes del pensamiento antropológico, sociológico y etnológico, esa pregunta No 29 del censo 2012 parte correctamente del reconocimiento de una identidad cultural global que es la identidad boliviana, la que enmarca e incluye a todas las otras 39 identidades parciales y más pequeñas que están enlistadas en la boleta. La mención de la identidad boliviana como global y enmarcante de las otras le dio legitimidad y legalidad a la pregunta No 29 pues sólo reitera lo que ya está escrito en el artículo 3 de la Constitución, que señala que “La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos, las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales y afrobolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano”. Más claro, agua.

Asimismo, en la pregunta No 29 del censo 2012 solo si el entrevistado se identificaba adicionalmente con algún pueblo indígena, se mencionaba la lista de 39 identidades parciales. Si se identificaba sólo con la Identidad global boliviana, es decir si el entrevistado señalaba que no se identificaba adicionalmente con algún pueblo indígena, entonces simplemente se registraba “no” y se pasaba a la pregunta No 30.

3. Identidad global e identidades parciales en las sociedades democráticas del siglo XXI

Bolivia es, aunque algunos no lo quieran ver, una sociedad moderna y del siglo XXI, con sus luces y sombras. Y en este siglo, los grupos de identidad cultural parcial no son la identidad nacional global, no lo son. Por ello, dice Amy Guttman, estos grupos parciales “ocupan un lugar incómodo dentro de la democracia”. Y tiene razón pues, aunque estos grupos parciales (en Bolivia se les llamó “naciones y pueblos indígena originario campesinos”) no son en sí mismos algo bueno ni malo en las sociedades modernas, pueden –y de hecho ha ocurrido ya– poner a su grupo por encima de los principios y valores centrales de la democracia como bien común y takhenitaki aski (en aymara, “bueno para todos”), aplastando a la justicia y a la igualdad básica entre todos.

Por eso es que los principios y valores de estos grupos de identidad cultural parcial, no pueden ser la sustancia central de la vida en democracia, pues oscilan –y ya lo hemos visto en el país– entre el irrespeto a la igualdad de los individuos y la opresión hacia su propio grupo. En una democracia justa como la que muchos buscamos, el ideal es tratar a los individuos con igualdad de derechos básicos, como personas, como seres humanos, sin negar sus identidades parciales. Desde esta mirada, los grupos de identidad parcial no son la fuente última de valor en la vida democrática. Así, incluir preguntas sobre su cultura en los censos como si fueran culturas generales, trae el riesgo –como ocurrió ya en el Censo 2001–, de llegar a extremos inaceptables de discriminación, exclusión e imposición abusiva de alguna identidad parcial sobre la identidad cultural global que es la nación boliviana.

4. Hacia el censo de 2024

Se conoce que en la boleta censal de 2024, en la temática 11, se preguntará si una persona se autoidentifica o no con un pueblo o nación indígena; considero que tal pregunta debería tener la misma formulación que la pregunta No 29 del censo de 2012, por tres razones:

1) por respeto al artículo 3 de la Constitución, que reconoce a la identidad boliviana como identidad que engloba a todas las identidades parciales cualquiera que fuesen,

2) porque en un Estado democrático la primera y última fuente de valor es la igualdad básica de todas las personas como individuos con derechos inalienables más allá de sus identidades parciales, y

3) porque si el Censo de 2024 modifica su formulación respecto a la pregunta No 29, ya no será posible comparar su resultado con ninguno de los censos realizados el siglo XXI. Entonces, si se busca una pregunta correcta, pertinente, democrática y constitucional sobre autoidentificación en el censo 2024, debería mantenerse la formulación de la pregunta No 29 de censo 2012.

Carlos Hugo Laruta es sociólogo y docente Investigador de la UMSA.



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