Brújula-Digital-1000x155
Brújula-Digital-1000x155
Brujula-Digital-BancoSol-Portada-1000x150px.-
Brujula-Digital-BancoSol-Portada-1000x150px.-
Surazo | 12/06/2025

Buscando los muertos

Juan José Toro
Juan José Toro

Los políticos bolivianos son unos mañudos. Ellos conocen perfectamente el juego que están jugando, pero se hacen a los desentendidos frente a las cámaras y micrófonos.

Veamos lo que ellos saben y creen que nosotros no sabemos: las protestas, como paros, cercos, marchas y bloqueos, buscan que haya muertos, para usarlos de bandera.

Sí. Y esto no es una afirmación al cálculo, sino el análisis de lo sucedido en los conflictos de los últimos 30 años; es decir, el equivalente a una generación.

Desde por lo menos la “masacre de Navidad”, de 1996, los muertos fueron usados, tanto por el lado de los manifestantes como por los gobiernos, como un elemento catalizador, y generalmente determinante. En Amayapampa, cuando la intervención de fuerzas combinadas del ejército y la Policía causó muertes en la población civil, los responsables de esas acciones se dieron cuenta que habían metido la pata hasta el fondo al ordenar fuego mortal así que “fabricaron” un muerto de su lado, el coronel Eduardo Rivas, a quien dispararon en la cabeza. Así, cuando los mineros reclamaron por sus muertos, el gobierno enarboló el suyo.

En 2019, la crisis desatada por el fraude electoral se saldó con un saldo que la CIDH cifró en 27 muertos, pero hay que tomar en cuenta que, al momento de la renuncia de Evo Morales a la presidencia, los fallecidos no pasaban de la decena. Las protestas posteriores de sus afines, tanto en Sacaba como en Senkata, elevaron la suma. Los muertos fueron usados por Morales y el MAS, entonces todavía unidos, para armar la teoría del golpe de Estado que se usa hasta hoy. Las circunstancias de lo sucedido en la planta de Senkata, que estuvo a punto de volar por los explosivos arrojados por los manifestantes, no han quedado del todo claras. El entonces ministro de gobierno, Arturo Murillo, hoy todavía preso en Estados Unidos, acusó, entonces, a francotiradores de las filas masistas de hacer provocado las muertes para convertir la acción policial en una masacre. Esa versión no ha sido confirmada ni desmentida fehacientemente.

¿Qué se busca hoy, con un bloqueo que usa como pretexto la crisis económica cuando el objetivo principal es forzar –nuevamente– la habilitación de Evo Morales como candidato presidencial? La primera respuesta es esa: muertos. 

Cómodo, desde una silla y frente a los micrófonos de la radio a su servicio, Morales ha negado haber ordenado el cierre de caminos, pero los justifica con el mismo argumento que aparece en los comunicados difundidos por esa emisora: “los bloqueos son la manifestación del pueblo boliviano frente a la crisis”. Pero los bloqueos no están en todo el país, sino solo cerca de los enclaves “evistas”, aquellos que puede controlar con amenazas o pagando a los bloqueadores.

Los bloqueos son violentos, con ataques a civiles incluidos —como ocurrió en Llallagua— porque los “evistas” quieren forzar a las fuerzas de seguridad a asumir acciones represivas. Una vez que lo hagan, conseguirán los muertos que sean necesarios para denunciar una masacre, victimizándose, como siempre.

Cuando el “evismo” consiga sus muertos, tendrá un argumento más para su objetivo final: incendiar el país para apoderarse de él. 

Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.



BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
Alicorp-CosasRSE25-300x300
Alicorp-CosasRSE25-300x300
SUBO TEMPORADA 2
SUBO TEMPORADA 2
BURSATIL SEPARATA
BURSATIL SEPARATA