PC_GPTW-Brujula-digital
PC_GPTW-Brujula-digital
Brujula-Digital-BancoSol-PDF-Solfestivo-Diciembre-1000x155px-
Brujula-Digital-BancoSol-PDF-Solfestivo-Diciembre-1000x155px-
El Tejo | 02/01/2022

¿Año conocido?

Juan Cristóbal Soruco
Juan Cristóbal Soruco

Viendo lo sucedido el año 2021 que terminó la noche del viernes es muy, pero muy difícil desear un “buen”, “mejor” o “próspero” 2022.

Los economistas, salvo los del MAS, no auguran nada bueno. Datos en mano, presentan escenarios preocupantes que, de hacerse realidad, a finales de 2022 podríamos pensar que el 2021 fue exitoso.

Los salubristas, salvo las autoridades de gobierno, también presentan escenarios poco esperanzadores tanto por la incapacidad sostenida que muestran los burócratas para enfrentar la pandemia, actuando exclusivamente en función a intereses político-ideológicos, como por las mutaciones del virus que al paso que va se comerá todo el alfabeto griego.

En las relaciones exteriores, nuestra dependencia de los gobiernos de la ALBA como del junte de Puebla aumentará, como se puede percibir desde que comenzó la actual gestión de gobierno que, para peor, solito ha decidido ponerse unas anteojeras ideológicas que le impiden sobreponer los interese del país.

En las relaciones interiores se mantendrá la visión del ex presidente fugado resumida en una de sus últimas declaraciones (que abundan gracias al Twitter): las mejores noticias del año, escribió, fueron el encarcelamiento de Jeanine Áñez y la marcha por él convocada hacia La Paz para apoyar al presidente Luis Arce. Como muchos han coincidido, tal marcha sirvió más para que el caudillo recupere protagonismo y evite que ante la presión internacional se aminore la voracidad represiva vigente.

En educación, uno de los sectores más afectados por el proyecto del MAS desde 2005 y fulminado por la pandemia, no se avizoran cambios que reviertan su actual situación, agravada por la corrupción que campea en todos sus niveles.

Si se observa lo que sucede en las oposiciones, todo atisbo de reposicionamiento liderado por varios asambleístas hace aguas cuando se conoce lo que está sucediendo en Santa Cruz donde el camachismo, incapaz de mostrar una buena gestión gubernamental, ha decidido poner como blanco de sus ataques al ex gobernador Rubén Costas. A decir de Susana Seleme: “¡Qué desacierto enfilar los dardos contra el ex prefecto y gobernador, Rubén Costas Aguilera, el muro de contención frente al MAS durante 15 años! Sabía lo que hacía, cuando sacrificó a su partido, Movimiento Demócrata Social, y a sus eventuales candidatos, y no se presentó a las elecciones de gobernador del 2021 para no dispersar el voto cruceño, para concentrarlo en el candidato de Creemos, Luis Fernando Camacho y evitar que el candidato masista se acercara a la victoria (…) Camacho ganó la elección (…) con méritos propios, sí, pero sin adversario que le hiciera sombra y dispersara el voto cruceño”.

Por lo visto, Camacho no entendió la importancia de este gesto político.

En fin, pareciera que 2022 traerá más sombras que luces…

Pero… (y el pero es importante) la historia reciente muestra que la ciudadanía presenta iniciativas cuando siente que no sólo le siembran nabos en la espalda, sino que además la quieren maniatar. Ahí resurge con fuerza y actúa como lo ha hecho desde 2016 en el referendo constitucional para evitar la reelección indefinida del dúo Morales-García; en 2019, cuando rechazó el monumental fraude electoral montado para que ese dúo siga gobernando; en 2021, cuando el MAS sufrió su peor derrota en elecciones subnacionales, a poco de recuperar fuerza en las nacionales de 2020, por no escuchar sus mensajes de reconciliación y buena gestión administrativa, y este año que termina cuando consiguió que el gobierno no pueda aplicar normas represivas, aunque desató su ira.

Por estos antecedentes y otros que registra nuestra historia, más allá de las previsiones negativas se puede desear que en 2022 reencontremos pacíficamente el camino de la recuperación de la institucionalidad democrática y que los propulsores del autoritarismo se replieguen a sus palacios de invierno, como en 1982 lo hicieron los militares.

Por eso, juntemos fuerzas desde hoy para transitar por este nuevo año.

Juan Cristóbal Soruco es periodista



300
300
AlicorpEffie2024-300x300
AlicorpEffie2024-300x300