El presidente de la CAO, Klaus Frerking Adad, indica que el sector atraviesa por una “tormenta perfecta” debido a la falta de combustible y de dólares, el impacto de la sequía de hace dos años, restricciones impuestas por el Gobierno para exportar y por las lluvias e inundaciones.
Brújula Digital|01|04|25|
El presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking, advirtió que, debido a las lluvias e inundaciones, 50 mil hectáreas de cultivos sembrados en Santa Cruz, principalmente de soya, están bajo el agua y totalmente perdidas.
“Llegaron a sembrarse y ahora están bajo el agua, completamente llenas de agua, esos ya están totalmente perdidas”, señaló en una entrevista con Unitel.
Indicó que, además, hay medio millón de hectáreas de distintos cultivos afectadas. Explicó que, aunque fueron sembradas, las precipitaciones reducirán su rendimiento.
Las lluvias e inundaciones impactan en todo el sector agropecuario del país. En Beni, por ejemplo, los ganaderos trasladaron unas 200 mil cabezas de ganado a zonas más altas para evitar las inundaciones, mientras que los arroceros perdieron unas 25 mil hectáreas de siembra.
“Eso quiere decir que el 30% de la producción de arroz ya se perdió por las inundaciones”.
Lluvias inusuales y otros problemas
Explicó que, si bien el sector trabaja con planificación, se preveía que las lluvias duraran hasta febrero, pero no hasta finales de marzo. La falta de combustible impidió que los agropecuarios tomaran medidas para paliar el impacto y acelerar las cosechas.
“Por la falta de combustible, muchos agropecuarios también no pudieron hacer su mantenimiento en diques, en canales, en los bosques. Se tardó en la cosecha, se retrasó la cosecha un poco, y ahora con estas fuertes lluvias, que hay zonas que van triplicando la cantidad de lluvias, que generalmente llueven en marzo, aquí están las consecuencias”.
Frerking señaló que las lluvias e inundaciones se configuran una “tormenta perfecta” junto a a otros problemas que afectan al sector: la falta de combustible y de dólares, la sequía de hace dos años y las restricciones impuestas por el Gobierno para exportar soya y carne, entre otros factores.
“El sector agropecuario, como les decía, está en una tormenta perfecta. En una tormenta donde viene con la escasez de dólares, los insumos han subido más del 60-70%. En este momento, las transferencias bancarias, más del 100%. Sumado a eso, la falta de combustible. Sumado a eso, dos años de sequía. Ahora con lluvia”.
Ante esta situación, que Frerking calificó como “un callejón sin salida”, el sector pide al Gobierno medidas concretas, como garantizar el suministro de combustible.
“Como productores nunca vamos a pedir favores. Lo que pedimos son reglas claras que nos dejen trabajar, que nos dejen producir (…) El Gobierno tiene la responsabilidad de darnos las condiciones para que la sociedad haga economía. Y eso es lo que necesita el productor agropecuario nacional”.
BD/JA